‘Yo me llevo mejor con los chicos porque con las chicas me aburro’
‘Uy, yo prefiero relacionarme solo con tíos porque entre tías somos muy malas’
‘Mis amigos son chicos porque las chicas me tienen envidia’

Y así, una y otra vez. Mujeres despreciando a mujeres. Como género. Como amigas. Cuando oigo estas cosas siento que me retrotraigo a mi más profunda adolescencia, en la que para ser guay tenías que tener un montón de amigos chicos. Y si te gustaba más estar con tus amigas chicas, pues eras un poco pringadilla.

Ahora dejo los años 90 y vuelvo a mis casi 30 años. Escucho a chicas despreciando la amistad femenina porque sí, por las razones equivocadas, por esos tópicos machistas que ellas mismas increíblemente parecen querer perpetuar.

Yo no soy quién para decir de quién tenemos que ser amigas, está claro. Pero sí puedo recordarles a todas estas mujeres que estamos todas en el mismo equipo. Que todas somos mujeres, todas compartimos grandes problemas que nos afectan a nuestro género: salarios más bajos, paro y sobre todo un continuo machismo diario.

Y que con sus ‘las mujeres me envidian’ no hacen más que perpetuar mitos machistas como, precisamente, el de la envidia femenina. Sí, todo ese rollo de mujeres peleándose porque llevan el mismo vestido o por el novio de una. Mentiras. Tópicos. Aburrimiento.

Pero yo venía aquí a hablar de que a mí ME GUSTABA Y ME GUSTA estar con las chicas. Soy una chica de chicas y no me importa decirlo. Me encanta estar con mis amigas chicas. Hablar y hablar de nuestras bragas, nuestras reglas y nuestros problemas ginecológicos. De nuestro tránsito intestinal y de unicornios. Crear grupos de whatsapp que solo sirven para pedir consejos de ropa. Hacernos la manicura, ir a andar al campo (mentira, que eso no me gusta). Llorar porque nos queremos mogollón. Mirarnos las tetas.

Hablar de libros, de canciones, de series. Beber cerveza sin parar. Sí, esto son cosas que también puedo hacer con chicos y de hecho lo hago encantada.

Hablar de nuestros problemas en el trabajo, defender juntas las bajas maternales y defender apasionadamente que en una entrevista de trabajo se mienta cuando te preguntan (ilegalmente) ‘¿piensas tener hijos?’ (*) . Apoyándonos unas a otras porque somos mujeres. Nos llevemos mejor o peor. Me gusta ser vuestra amiga, me llevo mejor con las chicas sí. Pero sobre todo, soy una mujer como tú y defenderé mis derechos y los tuyos. Y desde luego, nunca te despreciaré, ni insultaré por ser mujer.

Ahora, amiga de los chicos, cuando te baje la regla en un bar y ninguno de tus amigos tenga un tampax, yo te lo daré.

(*) Esto, afortunadamente, cada día también lo puedo hacer con más hombres.