Como bien ha dicho otro comentario: todo el mundo que intenta algo nuevo y dificil se siente asi en algun momento.
Yo tenía 45 años cuando retomé los estudios, obligada por las circunstancias.
Que me sentí ridícula rodeada de gente en clase que podian, literalmente, ser mis hijos? Si
Que me sentí ridícula cuando el 80% de los profesores eran más jóvenes que yo y se les veía en la cara que no sabían como tratarme? Si
Que me sentí incomprendida cuando nos mandaban tareas que yo tenía que completar en el mismo tiempo que mis compañeros más jóvenes, pero compaginando un trabajo, el cuidado de mis hijos pequeños y las tareas de la casa? Si
Que me sentí estúpida cuando no sabía por donde coger las tareas porque hacía ya 20 años que no había hecho deberes? Si
Que casi se me sale el corazón del pecho el día que me conseguí mi diploma, un sobresaliente por mi TFM y el trabajo que quería? Pues también.
En las películas, las escenas en las que los protagonistas se esfuerzan, dudan y lo pasan mal duran unos minutos.
En la vida real, el esfuerzo y los sentimientos relacionados con ese esfuerzo pueden durar años: las dudas, las inseguridades, los miedos, la vergüenza, el cansancio, la desesperación…
La gente que consigue algo dificil tiene también todos esos sentimientos negativos mientras lo intentan. La clave para no dejarse vencer, es encontrar maneras sanas de sobrellevar esos sentimientos. Yo lo conseguí a mi manera. Hablé mucho con mis compañeros, con mis profesores, pregunté cada duda, me apoyé en mis amigas, mi pareja, mi familia, y en general en cualquier persona que quisiera ayudarme.
Y lo conseguí, me costó la hostia, pero lo hice. Y nadie puede quitarme esa victoria, es mia para siempre, aunque cambie de trabajo, aunque el mundo se acabe. Dentro de mi hay una voz que me dice que yo fui la persona que se las arregló para hacer ese esfuerzo que al principio parecía imposible. Y más allá del diploma y del trabajo, esa voz victoriosa es para mi lo más valioso de aquella experiencia.