En primer lugar, ESCUELA INFANTIL. Debemos empezar a utilizar el término correcto, aún que sea una costumbre, nosotras, las educadoras infantiles no guardamos niños. Las educadoras, enseñamos, educamos, además de cubrir sus necesidades. Es cierto, que está labor es muy dura, hay días mejores y días peores. Al igual que los adultos tenemos un día torcido, los niños también. Por otra parte, cuando un niño tiene un mal día, parece que a los demás se les contagia, y si uno llora los otros también. Quizás la educadora de tu sobrino debería haber buscado otras palabras, como por ejemplo ‘ Tu sobrino es un nene muy activo’, ‘ le encanta explorar cada rincón, no para ni un segundo’, etc. Pero, es cierto que ser educadora infantil no es fácil. Necesitas muchas habilidades para desempeñar esta función, habilidades que se adquieren a través de la experiencia, quizás ella no lleva demasiado tiempo trabajando en el sector y está aprendiendo, quizás se puso nerviosa y utilizó las palabras inadecuadas, quizás tuvo un mal día, etc. Nosotras también somos personas y nos equivocamos. Por eso, a veces pienso que las familias deben tener empatia con las personas que cuidan con todo su amor a sus tesoros más preciados, sus hijos. Trabajar con niños, es duro pero es una profesión preciosa, no solo es recibir dinero por cuidarlos, es darles un pedacito de tu corazón a cada uno de ellos, es recibir una gratificación emocional, un orgullo. Por que realmente pasas muchas horas a su lado, se crea un vínculo afectivo muy bonito y ves el progreso de cada uno de ellos. Como por ejemplo, algunos cuando entran a penas empiezan a andar, con el tiempo puedes disfrutar de sus primeras palabras, su primera comida sólida, o le ayudas a dejar el pañal, etc. Por eso, por favor a todas las familias que llevan a sus nenes a la escuela infantil, pedirles por favor, paciencia, empatia y que tengan claro que para nosot@s vuestros hijos también son nuestros tesoros. Un saludo!!
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