Queridas mías, quizá me recordéis por la redacción de este maravilloso artículo, en el cual os hablé de cómo el succionador llegó a mi vida para no abandonarla nunca más. Lo escribí hace nueve mes, he esperado a pasar con él lo que dura un embarazo para confirmar y reconfirmar que es lo mejor que le ha pasado a mi chocho desde la copa menstrual.

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¿Qué he aprendido de Carlile -lo bauticé así porque me recuerda al padre de los Cullen- en estos nueve meses como pareja oficial?

1. Que se quede sin batería a mitad de orgasmo es lo peor que te puede pasar así que no des lugar a que se descargue

No sé si vivís solas o en compañía, yo ahora he vuelto a casa de mis padres por las vacaciones de verano y no puedo cargarlo a mi libre albedrío. Y ya me ha dejado DOS VECES a medias y qué sensación más horrible. Después de tenerle ahí listo para la acción tener que volver al pasado y usar solo los dedos NO MOLA NADA.

También os diré que me lo han pillado colegas cargando en la mesita y prácticamente todos pensaban que era algo de cosmética para la cara. Si es que mi niño lo tiene todo, hasta el camuflaje.

Pero bueno, cada cinco usos, dependiendo de lo que tarde usted en usarlo, póngalo a cargar por lo que pueda pasar.

 

2. Se puede usar en pareja pero para mi gusto tiene mucho más sentido en soledad 

Después de nueve meses con él y habiéndolo dejado con el novio en el trayecto, confirmaré lo que dije desde el primer momento: es un juguete para disfrutar en soledad. Ponértelo en el clítoris mientras estás follando no está mal, pero yo lo gozo muchísimo más estando sola y mis fuentes más cercanas coinciden conmigo.

Lo que sí lo peta bastante es que te masturben con él, que estén jugando con dedos, lengua y Carlile mientras tú solo te dedicas a ser una estrella de mar: funciona. Pero mientras te están dando mandanga dura, se queda corto, casi no sientes la succión porque estás más pendiente de la penetración.

-One more time, esto va con cada una, yo hablo de mi experiencia personal-

 

3. No temas en usar tu imaginación y darle cancha suelta a probar distintas posiciones

Yo he jugado con él boca arriba, boca abajo, de un lado y del otro. Lo he hecho sentada, tumbada, de pie, de rodillas y no haciendo el pino porque no me sale, pero queridas, creedme que si supiera probaría a ver qué pasa.

No hay que limitar los juguetes a lo básico, igual que en el sexo hay que experimentar, en la masturbación también. Hay que ir probando y repitiendo lo que nos gusta y desechando lo que no.

Mi posición favorita es tumbada boca abajo, sin embargo, a la inmensa mayoría de mis allegadas les mola mucho tumbadas boca arriba, abiertas de piernas, rodillas arriba y plantas de los pies en contacto con la cama.

4. No dudes en combinarlo con otros juguetes 

Carlile por sí mismo ya lo peta, pero una vez que te has hecho a él, y él a ti, no está de más probar a mezclarlo con nuevos hermanitos. Os prometo que no se pone celoso, ni un poco. De hecho podríais alucinar con la cantidad de sensaciones que se puede conseguir combinando juguetitos.

Las mujeres tenemos la bendita suerte de llevarnos la mejor parte en cuanto a placer sexual se refiere, señoras: usémosla.

A mí con lo que más me gusta juntarlo es con juguetes de penetración, como normalmente lo utilizo boca abajo, yo meto cualquier instrumento en mi vagina, me apoyo el succionador en el clítoris y casi que sin moverme alucino. Cuando Carlile empieza a darme gustito sobremanera las paredes de la vagina se me aprietan alrededor del juguete que sea que tengo metido dentro y alucino pepinillos. Me corro por dos, así sin más.

La combi completa -como dirían mis Cangris- para mí, que podréis decirme de todo por loca acaparadora, es: Carlile + Diva + Penetración. ¿Quién es diva? Ya os hablé de ella aquí. Es un aparato que se dedica a vibrar a la velocidad de la luz. ¿Qué hago yo? Me meto un pene de plástico básico en el chocho, preparo a Carlile al rededor de mi clítoris, subo velocidades hasta la 8 más menos y cuando creo que no puedo más, pongo a Diva encima, para que todo vibre mientras succiona. Os vais a otro planeta en cuestión de segundos, palabra del señor.

Es solo apto para señoras con capacidad de aguantar orgasmos muy fuertes, yo muchas veces me ha abrumado y lo he pasado hasta mal, pero siempre merece la pena.

5. Llévatelo de viaje 

No dejes a tus juguetes escondidos en el cajón de la mesilla y los uses solo en la cama. Si te piras por ahí de vacaciones échalo a la maleta, pero si no llévatelo de safari por la casa. La cocina, el sofá, la ducha… Todas las partes en las que se te ocurra, experiméntate y vívite fuera de la zona de confort, que puedes descubrir cosas maravillosas sin salir de casa.

Ya muchas hemos dado el paso de comprar juguetes de esto tipo, a experimentarnos y a vivir nuestra sexualidad de la manera más plena que sabemos. Ya muchas hemos dejado atrás el estigma social y nos atrevemos a masturbarnos con libertad, con ganas y con curiosidad. Ya muchas nos hemos lanzado a la piscina del placer y nadie nos va a sacar de aquí.

Vivámonos, disfrutémonos y gocémoslo. Que vida solo hay uno y aquí hemos venido a vivirla.

 

Redacción WLS