Como usuaria de Tinder nivel experto y después de un tiempo dándole vueltas al hecho de desinstalarme la App definitavemente (no, no lo he hecho); he llegado a la conclusión de que gracias a Tinder he aprendido muchas cosas:

1. Soy más superficial de lo que pensaba.

Pues sí, la autocrítica lo primero. He prestado más atención a los chicos que se acercaban más al prototipo de tío que yo tengo en mi mente. Porque sí, los prototipos existen y estamos aquí (en la vida en general) para romperlos, pero haberlos hailos y la cabra tira para el monte. Además, es lícito que te gusten más un tipo de personas que otras. Yo lo siento, pero donde esté una barriguita achuchable que se quiten todos los musculosos del mundo; peor es mi opinión y mis gustos.

2. Existe la amistad en Tinder.

Sí, existe y mola. No es frecuente, es verdad, pero yo he llegado a encontrar amigos chachis con muchas en común pero con cero feeling sexual.

3. La gente utiliza Tinder para superar relaciones.

Me he encontrado con miles de tíos que me decían que acababan de salir de una relación y estaban ahí para superarlo. Psicólogos del mundo, tiemblen.

4. El mundo es más pequeño de lo que yo pensaba

Y si encima hay un chivato que te dice los amigos que tienes en común pues apaga y vámonos. Me he encontrado a amigos de la infancia, jefes, compañeros de trabajo y hasta a algún que otro ex.

5. Odio describirme.

No hay nada que me de más pereza en el mundo (bueno sí, correr es la muerte) que alguien me pregunte: bueno y ¿qué?, ¿cómo eres? Habláme de ti. Puff muerte y destrucción, cancelar match.

6. La gente no sabe hacerse fotos.

Vale que si me conocéis sabéis que yo lo de las fotos lo llevo muy dentro, pero chico, ¿en serio esa es tu mejor foto? Desenfocada, pixelada, con su madre haciendo croquetas, cagando… Un poco de marketing señores. Ojo, sin engañar. Si eres gordo, eres gordo y si eres calvo, eres calvo. Muéstrate tal como eres por favor, pero hazlo bien.

7. Es una droga.

Lo instalarás y desinstalarás mil veces. Sí, porque quieres dejarlo pero no sabes cómo y te sorprendes pasando perfiles en vez de contando ovejitas para dormir. Jurao que yo lo hago en ocasiones; de hecho a veces, cuando veo que he pasado a uno que me mola sin querer es cuando lo dejo y digo vale: a dormir.

8. Te sube la moral.

Pues sí, a todo el mundo le gusta que le den súper likes y le digan que qué guapa es. Esto es así aquí y en Wisconsin. Y los días de bajón pues viene muy bien.

9. Me ha hecho ser más práctica en el amor.

Si no quedo con mi match en menos de una semana pierdo el interés. Tajante sí, pero es la experiencia en mareadores la que me ha hecho ser así. Hay gente a la que le encanta marear la perdiz y hablar un par de días vale, pero estar meses hablando y no ponernos piel no mola nada. Yo soy más de cañas que de chats.

10. Hay gente normal.

Como yo. Venga, vale, tengo mis taras también, pero eso de que en Tinder solo hay gente superficial que lo usa para follar es mentira. Hay mucha gente así, sí; pero ahí está tu inteligencia tinderiana para saber distinguir el que quiere un polvo rápido a las 4 de la mañana un miércoles o el que quiere conocerte y echar una tarde de risas y cerves contigo y ya se verá.

11. Hasta que no quedes en persona con alguien no puedes decidir nada.

Stop enamoramientos virtuales por favor. Es necesario quedar con alguien para enchocharse amigas.

12. Hay gente muy original por el mundo.

Y por ahí es por donde me ganan a mí. Me flipa la gente que sabe conversar de manera inteligente y que te desmonta los argumentos a base de creatividad y originalidad. Una buena conversación abre más chichis que la mejor presentación del mundo.

13. Tinder sirve para ligar con gente que ya conoces.

Es la excusa perfecta para cuando te encuentras a ese colega de tu prima que tanto te pone o a ese compañero de curro al que no tienes cojones a decir nada. Tu le das al corazoncito, si cuela, cuela. La clave es romper el hielo.

14. Sois muy pedorros. 

La moda esta de dar like a todo el mundo y luego ya hacer la criba es un coñazo. Un poquito de implicación señores. Juas.

15. Mis amigas son las mejores

Compartir la ubicación y dar los datos del muchacho es un básico. Igual que quedar en un sitio público. Ojalá sentirnos seguras y no tener que hacer esto, pero de momento es lo que hay y si vas a quedar con alguien que no conoces absolutamente de nada haz el favor de tener cuidado y no liarte la manta a la cabeza.

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