Tranquila, todas las mujeres que a día de hoy tenemos un vibrador, hemos pasado por esta fase. Te entiendo: a mí me costó menos tomar la decisión de hacerme un tatuaje que de comprarme un vibrador. En cierto modo, dar el paso es una cosa que haces una sola vez en tu vida y tienes que meditarlo bien, así que voy a echarte un cable y darte cinco razones para que te hagas con un vibrador.
 
1. Porque hace te canses menos
Seguro que te has encontrado en esta situación: te estás masturbando y necesitas hacerlo más rápido y más fuerte para llegar al orgasmo, pero se te cansa la mano. No me digas que no te ha pasado…
A mí no me engañas.

Oye, que es normal, no tenemos pilas. Incluso puede ser que estés haciéndolo con tu pareja y llegue al orgasmo y tú no. Y te quedas:

 «No, no pares todavía…»

Si tienes un vibrador, no pasará nada si para, porque podrás encenderlo y tomarte el tiempo que quieras para llegar al orgasmo.

2. Porque es mucho más higiénico

También tienes que reconocer que más de una vez has acabado pringada. Y lo peor no es eso, porque te lavas y ya está, sino que por mucho que laves la mano sigue oliendo a yasabesqué.
«Pero si en la etiqueta del gel pone que tiene aroma de coco»
Esto pasa porque la piel tiene la propiedad de absorber ciertas fragancias y la que nosotras desprendemos es muyintensa.
Un vibrador está en contacto directo con nuestros genitales y las manos tan solo sujetan el vibrador, evitando que se nos pegue ese «olor a sexo» que luego no mola llevar incorporado al supermercado o a la oficina. La mayoría de los juguetes están fabricados en silicona médica y no absorben olores, así que basta con lavarlo con agua y jabón o con un limpiador de productos eróticos.

3. Porque es rápido 

Tienes cinco minutos, que es lo que va a tardar tu madre en comprar el pan. Cierras la puerta, corres a la habitación y empiezas a darte amor, pero no, no te da tiempo. Si tuvieras un vibrador tu vida sería diferente, porque su velocidad e intensidad es constante y puedes regularla a tu antojo. Solo imagina algo en tu cabeza mientras lo sujetas y… voilà.
Luego oyes la puerta, lo dejas todo en su sitio y coges el móvil fingiendo que mientras tu madre compraba el pan has estado enviando fotos con cara deforme en Snapchat. Y en verdad, solo quieres abrir WhatsApp y decirle a tu mejor amiga:
«Tía, acabo de tardar SOLO 5 minutos en correrme»

4. Porque te permite experimentar

Puedes jugar con los distintos modos de vibración, con los patrones, incluso algunos juguetes te permiten diseñarlos tú misma. Un ejercicio muy placentero (a la larga) es masturbarte empezando por la menor intensidad e ir subiendo gradualmente. Parece una tortura, pero cuando llegue el orgasmo te darás cuenta de que es…
JO-DER

Hasta puedes hacerte con uno con control remoto e irte a estudiar a la biblioteca con él puesto. Eso da mucho morbo, te lo aseguro.

5. Porque tienes curiosidad, quieres vivir la vida y te apetece saber cómo es eso del brrrrr en tus partes más íntimas

Di que sí, que te lo mereces. Ya verás como no te arrepientes. Eso sí, antes de comprarte un vibrador, asegúrate de que sea uno bueno (de eso ya hablaremos en la próxima entrega).

Thais Duthie