Cuando te han engañado y lo descubres, lo normal es que entres en estado de shock y que se desate un diálogo casi infinito en tu cabeza; que aunque parece lleno de contradicciones lo único que está haciendo es buscar la manera de aliviarte y llegar a una conclusión intentando encontrar las respuestas que no te dieron (o que no creíste).
Si te pasó, seguro que te dijiste algo parecido a esto:
- Es mi culpa.
- No soy suficiente para él.
- ¡Con lo fea que es!
- Que va, ella es mucho más guapa que yo, por eso pasó.
- Es porque he engordado y ya no le atraigo.
- ¿Cómo pudo pasarme esto a mí?
- ¿Cómo pudo hacerme esto?
- Necesito comerme una caja de donuts de chocolate entera ya.
- ¿Por qué he tenido que darme este atracón?
- Lo superaremos.
- Sólo fue una vez, no volverá a pasar.
- Seguro que lo vuelve a hacer.
- Aunque le pillé habría terminado contándomelo.
- …pero me quiere.
- …pero le quiero.
- ¿cómo me va a querer si me hizo esto?
- Le odio.
- Llevamos mucho tiempo juntos, es solo una mala racha.
- Con el poco tiempo que llevamos comparado a una vida juntos,¿ y ya cayó en esto?
- Si le perdono lo superaremos.
- Si lo superamos, superaremos cualquier cosa.
- Nunca se lo perdonaré y seremos infelices para siempre.
- ¿He de engañarle yo también para estar en paz?
- Tenía que haberme enrollado con aquel maromo cuando tuve la oportunidad.
- Es mi culpa porque no he tenido mucho deseo los últimos meses.
- Estaba borracho, no sabía lo que hacía.
- Sabía perfectamente lo que hacia y encima culpa al alcohol.
- Se le lanzó ella y él solo se dejó llevar.
- Seguro que la estuvo persiguiendo hasta que la consiguió el muy cabrón.
- Y si disfrutó más con ella, ¿qué?
- ¿Usarían condones?
- ¿Y si me transmite alguna ETS de cualquiera con la que me haya sido infiel?
- Dios, ¡tengo que ir a hacerme unas pruebas ya!
- La odio. Menuda zorra.
- No, ella no tiene la culpa.
- ¿cómo pude confiar en él?
- No volveré a fiarme de ningún tío nunca más.
- Moriré sola.
- Solo quiero llorar.
- Nada ni nadie podrá sacarme de debajo de mi edredón en un mes por lo menos.
- ¿por qué nadie me llama?
- Lo que necesito es salir a emborracharme y echar un polvo de venganza.
- No, acabaré sintiéndome una mierda.
- ¿la habrá dicho la verdad a la otra?
- ¿ y si la otra se ha pillado? Pobre chica…
- Aquí dos pringadas sufriendo por un gilipollas.
- Ahora mismo me descargo el Tinder y a tomar por saco.
- ¿Y si me encuentro su perfil ahí? Entonces si que arderá Troya.
- Lo que tengo que hacer es pasar de todo.
- ¡De menudo me he librado!
- Creo que paso de tíos por una temporada.
- Debería volver a hacer eso que abandoné.
- ¡Que alivio! Libre otra vez.
Y aunque hayas puesto a Dios por testigo que nunca volverás a confiar en un hombre, cual Scarlett O’Hara, con el tiempo se te olvidará y volverás a abrir tu corazón, y con suerte no te volverás a encontrar otro capullo como este, y si lo haces, al menos ya sabrás como funciona el proceso de superación.