El orgasmo, ese gran regalo que toda mujer (y hombre) desea para Navidad, cumpleaños o cualquier fiesta que se precie. Son de esas cosas que siempre van a ser bienvenidos (¡amén hermana!) pero ¿y qué pasa cuando nos cuesta encontrarlos? ¿qué ocurre cuando da igual que se nos presente delante el mismísimo Jason Momoa en pelotas que nada de nada?

A veces nos encontramos en épocas de estrés o tenemos otros factores que pueden influir a que nos cueste encontrar esos momentos de felicidad.

Pero ¡tranquilas chicas! Cualquiera que sea la causa, hay unos cuantos truquis para poder llamarlo como el que llama a un cabritillo en el monte:

1. Suaaave, suaaave: acaríciate, recuerda que tu cuerpo es tuyo y tienes que conocerlo. Piensa que, de media, las mujeres podemos tardar hasta 45 minutos en alcanzar un clímax así que acaricia todo tu cuerpo, y en especial ese chochete, y deja que la excitación venga a ti.

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2. Amiguitos para nuestro clítoris: un vibrador no es solo un juguete, sino una herramienta necesaria para lograr una estimulación intensa de muchas partes del clítoris que son difíciles de alcanzar. Túmbate, abre las piernas y deja que tu amigo haga el resto…

3. Múltiples estímulos: por ejemplo, que te estimulen el punto G (ese gran desconocido) al mismo tiempo que te dan sexo oral. O tocarte el pechamen mientras tu pareja te estimula. ¡Todo vale!

4. Fantasías: uy… eróticas o no las fantasías consiguen volver a una dulce colegiala en la auténtica dominatrix que todas llevamos dentro. Deja volar tu imaginación, utiliza ropa, objetos, juguetes, olores, sabores (yo soy fan fan de la leche condensada… pero eso es otro cantar). A veces una fantasía picante puede utilizarse para dejarse ir justo antes de un orgasmo. ¡Y qué orgasmos!

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5. CÉNTRATE: sí amiga, porque todas sabemos que es un momento en el que nuestro cerebro no tiene otra cosa que hacer que recordar que no desenchufamos la plancha, o que se nos olvidó traer café, o que la niña tiene natación a las 8… Desconecta y céntrate en las sensaciones que tienes en ese instante.

6. Ejercicios: no debemos olvidar que la vagina está rodeada de músculos que debemos ejercitar, y que cuanto más fuertes estén… pues mejor. Los ejercicios de Kegel nos ayudan a tonificar toda la zona y además a centrar ahí nuestra atención.

7. Revísate y cuídate: si después de todo esto te sigue costando, no dudes en acudir a tu ginecólogo. Es muy importante llevar una rutina tanto higiénica (así limpiaba, así así…) como médica para que nuestro chochillo esté impecable.

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Y es que, ya tengamos un orgasmo o no, lo más importante es mimarnos. En todos los aspectos. Pero si nos visita uno de ellos… ¡alabado sea!

Irene RP