A veces encontrar el punto medio de las cosas es bastante complicado, os lo dice una persona que por no comerse una pizza blandurria siempre, y cuando digo siempre es SIEMPRE, la quema. Lo mismo con el amor; vamos, que a veces también lo quemo, o me quemo mí misma intentando encontrar el punto chachi y equilibrado en una relación que quizás con esa persona no exista por infinitas razones.

¿No os habéis cansado de escuchar abanderados del «yo es que no cambio por nadie»? A ver, no nos hagamos líos y sobre todo acabemos la frase. Si esta frase se pronuncia con pecho-palomo y con un punto y final bien marcado, Let it go, pero si hay matices, entonces escucha.

Yo no cambio por nadie, pero soy capaz de adaptarme. 12 points para quien la diga, como los que no nos dieron en Eurovisión.

Aclaremos el asunto. No amores, una relación nunca te debería requerir que cambiaras, al menos no una sana, bonita, de las que vibras en cada uno de tus chakras. Pero una relación siempre requiere de adaptación por ambas partes. Puede que si una de las partes no se adapta, la adaptación de la otra tenga que ser tan grande (claro, el doble) que llegue a suponer ese cambio que nadie quiere hacer.

Si tienes que forzarlo, no es tu talla cariño; ya sea un zapato, un vaquero o una relación. Las macabras hermanastras de Cenicienta forzaron a lo bestia cortándose dedos y talón para encajar en el zapato que al final, pese a todo, fue para Cenicienta, que era a la que la que le quedaba bien. Yo no sé a vosotras, pero yo lo de cortarme los dedos por un zapato me parece una pedicura un poco exagerada; pues tampoco lo iba a hacer por una relación con un Fulano, que dónde digo dedos digo hobbies o cualquier otra cosa.

fit

Está claro que, con novio o sin él, el día sigue teniendo 24 horas; esto es así y es pura ciencia. Luego si con el mismo tiempo tienes que repartir entre más, obvio que las raciones serán más pequeñas, o irás quitando cosas que realmente no son tan prioritarias. Matemática pura, y esto es adaptación.

Vamos, que si te encanta pasarte tu día libre tirada a la bartola, con mascarilla, Netflix y sin pisar la cocina más que para coger una bolsa de patatas pero te ha pasado esas cosas de la vida que de repente has conocido a un vikingazo que además de empotrar quieres achuchar mucho; pues chica, no se trata de renunciar a tu domingo de andar bragas todo el día. Equilibrio por favor, no solo para los test de alcoholemia. Habrá domingos que priorices hacer cualquier cosa con tu dios nórdico, otros él se unirá a tu plan porque resulta que le has enganchado a ver Electric Dreamsotros simplemente serás tú contigo misma como siempre, o quizás de la lista de cosas que te molan esta es la que estás dispuesta a eliminar porque realmente quieres tener más tiempo que compartir con esa persona tan especial que cuando estas un poco callada te pone esa cara de bobo que te hace explotar en una carcajada.

– Cari, me pones mogollón de Tigretón.

Tú no solo eres tu cuerpazo serrano. Tú eres lo que dices y lo que haces, y si dejas de decir y hacer lo que haces, ¿qué queda de ti? De ahí que, amiga, no te olvides de seguir haciendo, para seguir siendo, porque si dejas esto, lo otro y aquello porque tu pareja whatever el día que te quedes sola estarás con una desconocida. Eso si, deja la puerta abierta para nuevas experiencias, y para que partes de ti vayan y vengan, que es lo que nos hace crecer, pero no sacrifiques nada por otro; que los sacrificios se hacían a los dioses y en la antigüedad.