Había decidido no sufrir más. Fueron muchos días, meses de Betadine en el corazón y sutura fina tratando de recomponerme. Así que me construí una coraza, doble capa de hielo grueso. No quería pasarlo mal, nada de sentir, nada de emociones. Sería fuerte, lo era.

Fue entonces cuando le conocí. Me vi con mi coraza de hielo y a él con una armadura de piedra. Perfecto. Sin dolor, con control. Nadie sufriría. Así que sin miedo (éramos irrompibles) nos dedicamos a abrazarnos, a lamernos, a buscarnos las cosquillas. A follarnos las horas de sueño, a amoratarnos las ojeras a base de besos y noches sin dormir. Nos hicimos amantes sin querer llamarnos así. Nuestras manos con nuestra piel era un velcro inseparable.

Favim.com-500-days-with-summer-couple-smile-zooey-deschanel-686537

Cuando ya me había aprendido sus pecas, se me empezaron a pegar sus dejes al hablar, las charlas se alargaban y encontraba su olor de repente en algún rincón de la casa. Pero yo seguía segura en mi coraza. Me decía que eso era lo que era, que no había más. Mi capa de hielo estaba intacta, protegiéndome.

Y  con un tonto mensaje de “Me muero por verte”, sin que me diese cuenta, el hielo de mi coraza hizo cras. Qué idiota. Creía que todo seguía bien. Pero el deshielo había comenzado. Siguieron risas hasta doler. Cras. Horas sin parar de hablar. Confesiones de vino. Cras. Y las horas parecían magia. Los domingos se volvieran largos y cálidos como un verano. Cras.

830840

¿Podría haberlo parado? No lo sé. ¿Podría haberme dado cuenta? No lo sé.  Mi coraza era de hielo. Su armadura de piedra. No lo buscábamos pero no éramos irrompibles como pensábamos. Al menos, yo no. El deshielo termina dañando a la piedra. Y una roca puede destrozar glaciares o cambiar el curso de un río.

Acabé enfadada conmigo. Por no saber pararlo. Por no haber puesto otra capa de frontera. ¿Habría podido? La coraza se deshizo. Y acabé inundada de pena, de tristeza, de ese hielo inútil.

Se terminaron las confesiones con sabor a vino. Ahora los domingos siguen siendo largos pero más fríos y sin magia.  No, no me engaño, no fue una historia de amor. Pero fue una historia de dos.

Ahora he de decidir si reconstruyo mi coraza (con hielo, con piedra. O tal vez con letras, con silencios) o si dejo un pedacito abierto.

maxresdefault

Fotografías: ‘(500) Days of Summer’ (Dune Entertainment)