Es muy fácil ver la obsesión en tus amigas, pero ay querida cuando te pasa a ti…

Cuando vemos a mujeres que están casadas/novias/enrolladas/encaprichadas con un tipo que no les conviene, lo detectamos claramente. Hay que ser muy estúpida para no verlo. Entonces miras con los ojos hacia arriba y resoplas ¿sabes como te digo? Como cuando miras a alguien que no percibe la realidad, y que va haciendo el panoli por la vida. En ese momento pensamos que nosotras, que tenemos una gran fortaleza y amor propio, jamás pero JAMÁS DE LOS JAMASES, nos veríamos en semejante situación. A todas nos ha pasado ver la paja en el ojo ajeno, y no ver la viga en el nuestro.

Esa compañera de piso que sigue enamorada de su ex cuando la dejó hace años, esa amiga que llora de vez en cuando porque sueña con dormir abrazada con un tío al que se ha tirado tres veces, que nunca la llama y que lo más emocionante que ha pasado entre los dos es cuando saltó de la cama a las tres de la mañana porque le había mandado un whatsapp. Esa vecina que está inmersa en un matrimonio que no funciona, aferrada a un hombre que mira  a todas las mujeres menos a ella, etc. La lista es interminable. Pero eso le pasa a otras mujeres, a nosotras no nos pasaría.

No nos pasaría, hasta que nos enamoramos como se enamoran las mujeres inteligentes, como una tonta.

Hasta que un día te levantas y no sabes cómo ni por qué tienes un capricho encima que no te deja ver que hoy hace un día fantástico, porque si no estás con esa persona, ya no importa nada.

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Me centraré en los encaprichamientos con un hombre que acabas de conocer, ya que por mi edad y circunstancias son los que más conozco. Entre las mujeres es muy frecuente contarnos nuestras penas. Es normal, así nos ayudamos y de algo tienes hablar, es la confianza que nos tenemos las amigas. Eso de ir preguntando ¿Tú  qué crees que pasará? ¿Tú crees que le gusto? ¿Qué pensará él cuando hice esto o aquello?. A ver… cuando respondes a esas preguntas, sabes con bastante certeza lo que pasa, cuando eres tú la que las haces, tienes una venda en los ojos que no te deja ver  la realidad.

Comenzaré diciendo que si haces estas preguntas, YA VAMOS MAL. Lo siento. Si leías este post, te has sentido identificada y crees aún que tu historia puede acabar bien, lo más probable es que te equivoques. Cuando dos personas se conocen y se gustan, lo más normal, cuando las cosas van bien, es que tonteen por toda la variedad de chat que existe actualmente, queden, se enrollen, se sigan escribiendo y sigan quedando. Al poco quieran formalizar la relación porque tienen interés el uno en el otro. Porque los dos tienen miedo de que si no cogen pronto a esa persona, otro se puede dar cuenta de lo maravillosa que es y quitársela. Seamos sinceras, si vas preguntando eso a tus amigas, ESE NO ES TU CASO.

¿Y qué tiene que hacer una mujer cuando se da cuenta que el amor de su vida (eso es lo que piensa una cuando se enamora) no la quiere? Pues darse media vuelta y seguir viviendo. ¿Fácil? Si contestas que sí, nunca te has enamorado.

No sé que efecto producirá en una persona el “mono” cuando se quieren consumir drogas y no se puede, o se quieren dejar. Estoy segura que es muy parecida a cuando quieres estar con una persona porque estás enamorada y no puedes porque esa persona no quiere. La ansiedad es tremenda. No sé los hombres, pero algunas mujeres se ponen a llamar, escribir compulsivamente, sudores fríos, no pueden comer ni dormir, y lloran y lloran y lloran, atacadas de los nervios. Vamos… una yonqui en toda regla. El amor libera hormonas y sustancias que nos vuelven adictos y que nos hacen pensar que la vida termina si fracasamos con esa persona. No lo digo yo, lo he leído por ahí de médicos que saben de lo que hablan, pero lo que veo con mis ojos no me lo ha desmentido. En muchas mujeres el instinto de retención es muy fuerte. Debemos tener algo incrustado en el cerebro que nos hace aferrarnos y  que nos está jodiendo.
No es fácil abandonar la idea de estar con ese hombre, pero es lo que tienes que hacer. ¿Y no puedo…blablablabla? NO, NO PUEDES. Acuérdate de la panoli del comienzo y piensa si quieres ser como ella. Este es el momento de horror en el que ves claro que verdaderamente ese hombre no te quiere como tú a él. Cuando pase el tiempo, y se te caiga la venda, te darás cuenta de lo que pasa cuando no le gustas a un hombre. ¿ Y sabes lo que pasa? NADA. Lo peor que te puede pasar es NADA.

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El 99’9% de las mujeres de este planeta no se han liado en su vida con ese chico, y ¿sabes qué? No les importa. Cuando dejes de mirarlo a él con los ojos llenos de lágrimas (a él, a su facebook, a su foto en el whatsapp… la tecnología nos lo pone difícil jeje), en ese momento, levantarás la vista y te darás cuenta que hay más hombres. Más hombres que están deseando que levantes la ojos y los mires, para intentar robar tu atención.

Si piensas que no hay hombres que darían la vida por ti, deberías revisar tu autoestima. Quizá el haber estado rodeada de gilipollas la haya deteriorado.
Solo tienes que tomar una decisión: seguir viviendo sin esa persona. Sólo una, y tu mundo cambiará. Mi madre decía una frase que yo de pequeña odiaba (y ahora a veces me acuerdo de ella y la llevo a la práctica refunfuñando): “Querer es poder”. Es una frase que no me gusta porque te echa a ti la culpa. O sea.. que si yo quisiera recuperarme podría, ¿entonces es que no quiero? ¡¡¡Pues claro que quiero!!! YAAAAA, pero a lo mejor tienes que querer con más fuerzas. Sólo una decisión. Tienes el corazón roto, sí, pero decides arreglarlo. Él decide que no eres lo suficientemente importante en su vida, pero tú decides que no pasa nada, que no te importa. Ponte guapa y disfruta; de tu trabajo, de tus amigos, de tu familia, de las cosas que te gusta hacer. Vete de viaje con tus amigas o tus hermanas, organiza una quedada, ve a bailar. La vida sigue.

Abre los ojos. Y mira la gran mujer que eres. Nadie puede hacerte sentirte inferior sin tu consentimiento. No le des a nadie ese poder. Si le quitas tu atención, él no es nadie. El único poder que tiene sobre ti es ese.
El día en que todo ha pasado llegará. Puede ser antes o después, eso depende de lo fuerte que seas. Pero te aseguro que llegará el día en que ya no te importará, ni te importará que no te importe. El tiempo te demostrará que no valía la pena sufrir por nada.

Tamara Mata