Hay momentos de la vida en los que una se sienta a reflexionar y no acaba de entender la función de las palabras como tal. Por lo menos en mi caso. Estoy harta de que me vendan humo, de que me digan las ganas que tienen de verme, de besarme, de abrazarme, de dormir juntos y que después de eso venga esa típica frase destroza esperanzas “…pero no tengo tiempo”. A mi que me disculpen, pero esa frase es una puta basura, una burda excusa que se utiliza cuando no te interesa algo o alguien. Porque si esas palabras fuesen sinceras estarían acompañadas de hechos que les diesen la importancia que merecen. Pero no.

giphy

Y estas situaciones cansan a la vez que aburren. Os voy a explicar mi historia con esta clase de personajes. Llevo soltera ya unos cuantos años y el caso es que desde hace un año y medio o así siempre se repite la misma historia, una vez tras otra, como si fuese un circulo vicioso que nunca acaba (y del cual estoy hasta el mismísimo coño).

El patrón a seguir siempre es el mismo. Conozco a alguien que a simple vista pues no me llama mucho la atención, vamos hablando por WhatsApp (poco, porque no me llama la atención y hablo un poco por hablar) pero de golpe un día me empieza a romper los esquemas. Y AQUÍ ES DONDE TODO SE VA A LA MIERDA, me intereso por él, empiezo a sentir interés, ya no hablamos por hablar, ya tengo una intención (Mal! Muy mal!) y OH vaya, por arte de magia ya no te habla tanto porque “tiene problemas familiares” “está muy ocupado con el trabajo” “está super liado con los exámenes”… Aquí, se pueden crear mil y una excusas, cada una de ellas más cuestionable que la anterior, porque hasta el momento SÍ te había estado haciendo caso (todos los putos días, a todas las jodidas horas 24/7!! Pero bum! Ahora no). Y cuando te habla te sigue diciendo las ganas que tiene de todo contigo pero… no caerá esa breva.

giphy (1)

Ya he pasado por este bucle cuatro veces, cinco con esta en la que estoy ahora y motivo por el que estoy escribiendo esto. Ya no puedo más, estoy harta y hasta las narices de que me vendan aire, humo, viento…. Harta de palabras vacías de sentimiento y que carecen de importancia para quien las dice. Por eso digo aquí y ahora:

NO me digas que me quieres. QUIÉREME

NO me digas que quieres verme. VEN A VERME

NO me digas que quieres besarme. TEN VALOR Y  BÉSAME

NO me regales palabras. DEMUÉSTRAMELO CON HECHOS, no viento.

Andrea Leno