Hace ya un año que entré en la empresa en la que trabajo. Venía escaldada porque lo dejé con mi ex, con el que trabajaba codo con codo y salí cagando leches.

Eso significa que entré con un mantra: No te líes con más compañeros de trabajo nunca más.

Quizás este post debería llamarse “no metas la polla donde metas la olla”, pero esa es la fase uno de mi proceso. Me encuentro en la fase dos, “el derecho a fantasear”.

¿Por qué? Porque mi mierda de mantra se fue a tomar por culo a la primera cena de empresa que fui. Parece que el ser humano gusta de tropezar, caer, saborear y almacenar piedras. Piedras que son pivones, con espaldas esculpidas a cincel. Fase uno, superada.

Ese día no follamos, porque lo vi excesivo al llevar apenas un par de meses con ellos (a veces odio esa puta mierda de pepito grillo que llevo en el hombro izquierdo). Y ese fue mi error, mi error y mi losa. Nenas, no sabéis lo que es tener un polvo pendiente con semejante Adonis.

Nada más salió esa noche, hasta que ocho meses después el Sr. Pivón se iba a vivir a China, y se hizo la cena de despedida de rigor. Los astros se alinearon y nos volvimos a liar después de dar mil vueltas borrachos como cubas. Adivinad quien hizo acto de presencia… su propio Pepito grillo. Pero como no nos íbamos a volver a ver sí que nos dijimos todo lo que queríamos hacernos.

Tenía novia hacía un mes. Otro polvo que no fue.

En fin, todo esto es por poner un poco de histórico encima de la mesa. Han pasado cuatro meses desde que se marchó. Y hace un mes que ha vuelto a trabajar en Barcelona, en la misma empresa que yo, cerca de mi departamento… y a dos mesas de mí.

Puto karma, putos mantras y putos pepitos grillo.

El Sr.Pibón ha vuelto gélido y con la misma novia. Han vuelto sus miradas sesgadas y a través de la sala. Ha vuelto en silencio pero a mi alrededor sus palabras retumban.

Sus palabras me resuenan en la cabeza, lo que me iba a hacer, cómo se la iba a comer, las ganas que teníamos de follar. Que me iba a hacer daño, decía.

Pero soy respetuosa con su pareja y supongo que con él también… o no. Ni siquiera sé qué opina.

He revisado todos los rincones de la empresa y he detectado 3 buenos rincones para un polvo rápido. He pensado en ponerme faldas largas donde pueda hacerse hueco algún día. Todo en él me parece perfecto. Calculo las reglas para que no me coincidan con ninguna cena en la que pueda estar implicado. Miro su espalda y recuerdo todas y cada una de las palabras.

Me siento inmóvil en mi sitio mientras vuelan mil fantasías en la que ni siquiera hablamos, joder, solo quiero sus fluidos sobre mí. Ni siquiera quiero que deje a su novia.

Al principio me sentía culpable… por aquello de la novia.

Ahora creo que tengo derecho a fantasear, mientras me siento en la gran olla que conforman mis deseos y recuerdos. Me siento bien firme para que no se escape nada, para que no se note.

Pero tengo derecho a fantasear y es que…

Joder, joder, joder… no habéis visto su espalda… es lo más babeable del mundo!!!!

ogara