Ya se acabó darte un valor que no tienes y ponerte en un pedestal; porque lo único que lo merece es que tu pongas otro igual de alto para mí, y cariño, desde donde he estado la mayor parte del tiempo contigo lo mejor que he podido ver has sido tu barbilla.

 

  • Cada vez que me has llamado en último momento porque tus mejores planes se habían torcido y yo deshacía los míos para estar contigo, tú eras más y yo era menos.
El mejor plan para mí soy yo.
  • Todas las veces que no he planeado nada solo por estar disponible en caso de que esta vez sí me llamaras, tú eras más y yo era menos.
Estoy muy ocupada conmigo misma y no tengo tiempo para gilip*llas.
Estoy muy ocupada conmigo misma y no tengo tiempo para gilip*llas.
  • Con todos los “que guapo estás”, “tú lo vales”, “no te preocupes, lo estás haciendo bien”, “estoy aquí para lo que necesites”… que no vinieron nunca de vuelta cuando más se necesitaban, tú eras más y yo era menos.
  • Con la ausencia de un qué tal fue tu examen cuando sabías que era importante y yo aún así te preguntaba por tus cosas, tú eras más y yo era menos.
  • Cuando yo te daba pese que tú a mí no, tú eras más y yo era menos.
Todo mi amor, para mí.
  • Cuando iba contigo a aquel concierto que no era un planazo para mí después de que tu no vinieras a la expo que me moría por ver, tú eras más y yo era menos.
  • Cuando tú podías ser mi todo y tú no veías en mi nada, tú eras más y yo era menos.
  • Cuando esperaba que me quisieras, tú eras más y yo era menos.
  • Cuando era yo quien te excusaba, tú eras más y yo era menos.

 

Y déjame que te diga que ni tú eres más, y desde luego, yo no soy menos. No seremos iguales, pero como mínimo somos equivalentes y yo en la única adoración en la que puedo creer es en la de a mí misma que es incompatible con la tuya; así que, bonito, coge las maletas que nunca trajiste y vete por donde quieras, que las puertas están al menos tan abiertas para que te vayas como lo estuvieron para que llegaras, porque ni tú eres para tanto (como yo), ni yo para tan poco.