Desde hace unos meses no paro de quejarme porque todos los tíos que saco de Tinder me parecen gilipollas. Desde hace poco más de un mes, además, estoy enganchada a Operación Triunfo. En principio estos dos datos juntos no tienen ningún sentido, pero la cabeza de una, que todo lo procesa y mezcla a su antojo, ha sido capaz de llegar a una conclusión que me ha parecido de lo más reveladora: cómo se te cae el coño con un Cepeda, cariño.

La noche de la primera gala de OT me quedé bastante prendadita de tres concursantes: de Marina porque me encantó su voz y su dulzura, de Alfred porque me pareció un tío de puta madre con su trombón sobre el escenario, y de Cepeda PORQUE. Porque yo creo que no hace falta dar explicaciones.

Desde la primera vez que lo vi, Cepeda me ha puesto bastante cachonda. Tanto es así que todavía hoy me cuesta reconocer que es un concursante que no vale para nada. Me sigue pesando más el coño que la razón, hay que ver cómo somos. Y es que la evolución de Cepeda dentro del concurso ha sido bastante limitada en comparación con sus compañeros. El tío no canta mal, pero vamos, nada del otro mundo. Y lo peor de todo: si algo nos ha permitido ver OT es que Cepeda es bastante gilipollitas.

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Por otro lado, tenemos al Alfred. Un chico muy joven y muy enamorado de la música. Su voz tampoco me parece espectacular, seré sincera, pero creo que su actitud y su personalidad son admirables. La primera vez que Alfred salió favorito un miembro del jurado le dijo: te voy a contar los porqués de esto que está pasando (lo de que estuviera petándolo y encima fuera elegido favorito), porque amas, respetas y cuidas la música, porque todos aquellos que en algún momento del pasado te han podido llamar raro ahora se hacen pequeños e insignificantes (¿ESTO OS SUENA?), y porque en tiempos de reggaetón, tú tocas el trombón.

Alfred es esa persona que, seguramente, se ha pasado toda su adolescencia obsesionado con la música, que ha priorizado su pasión, que ha crecido con ella y que se expresa a través de ella. Pero hay otra cosa que le gusta a Alfred: Amaia.

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Operación Triunfo nos ha permitido ver, en este caso, que Alfred no solo es un gran músico, sino una gran persona, cariñosa, atenta, divertida, y… a ver, pues que nos ha ablandado el corazón a todos. A mí por lo menos. Y verlo en los directos del youtube me ha hecho pensar alguna vez: ¿por qué no conoceré yo a un chico como Alfred?

Después de darle vueltas a esto, me he dado cuenta de una cosa muy chunga que no me apetece nada reconocer: no conozco Alfreds porque soy idiota, porque entro en Tinder y solo laikeo Cepedas, y sé perfectamente que todos los Cepedas suelen ser hombres inmaduros, inseguros, reprimidos… un cóctel potente de mierda que les suele llevar a comportarse bastante mal con la gente que con la que se relacionan, y aún así, ¡me puede el coño! Y veo un chico guapo en Tinder al que se le nota a la legua que me va a salir tonto del culo y LIKE. Y veo un chico normal y corriente con pinta de friki que seguro que es una bellísima persona y NOPE.

Y luego, encima, me creo con derecho de ir por ahí quejándome y diciendo que ya ningún hombre merece la pena. A ver si voy a ser yo también un poquito Cepeda. (Más Cepeda de lo que ya soy, un saludo a mi familia).