El morbo es la desobediencia de la razón”.

-Plutarco-

A mi me suena genial, la desobediencia me gusta y la razón me aburre. Así es que junto parece algo fantástico. El morbo puede definirse como la  necesidad de ver, sentir, oír, oler o interactuar de alguna manera con lo que socialmente se cataloga como prohibido o proscrito. Se trata de una fuerza que nos impulsa a entrar en contacto con ello y a experimentar placer al hacerlo. El placer de trasgredir normas o entrar en el mundo de lo prohibido. Pero ¿dónde está el límite? Evidentemente en el abuso físico, psicológico o social, y que  la conducta que lo sigue esté consensuada. Y no llegue a ser una enfermedad.

¿Qué nos provoca morbo? La clave del morbo es la transgresión como fuente de placer. Atrae precisamente por eso, porque pasa los límites de lo común y lo corriente. Es algo que sale de lo normal, de la rutina y por eso a muchos les atrae tanto. El cerebro responde automáticamente a imágenes o noticias de impacto disparando grandes dosis de adrenalina.

hacer el amor

Los medios de comunicación hace mucho que aprendieron a manejarlo. Y aunque está claro por las audiencias que todos vemos solamente programas de animales de la 2, los programas sensacionalistas, los que sacan trapos sucios, imágenes impactantes o cotilleos oscuros de otras personas nos generan reacciones simultaneas de rechazo y atracción, que nos cuesta reconocer pero que nos atraen primariamente.

Está demostrado que el morbo que más nos cuesta controlar es el que  esta ligado a lo sexual. ¿Por qué a algunos les cuesta tanto resistirse a él y otros en cambio no se dejan dominar?

Los que tienen más necesidad sexual, y sus instintos más primarios más presentes son los que se dejan dominar fácilmente por él.  Controlándolo mejor las personas algo más frías y no tan pasionales. Y también hay un factor genético que nos determinara la inclinación por el riesgo y lo prohibido, las personas con el gen D4DR son mucho más propensas a dejarse llevar además de tener más coraje para hacerlo.

Por eso  son capaces de tener una relación sexual en un portal, o en un rincón en la calle, o en un parque, en un probador o incluso en la iglesia, porque el morbo de ser pillados les excita y les atrae más que la vergüenza que podrían pasar si los vieran en realidad. O incluso si saben que alguien les está mirando su excitación aumenta. ¿Por qué? Pues porque es algo que socialmente está mal. Y ese momento de saltarse la norma es más placentero que el sexo que se está teniendo en si. Además el miedo consciente da placer, es el que te da diversión por pasarte al lado oscuro, no representa ninguna amenaza ya que tú lo escoges, mientras lo sientes estás en un estado de euforia absoluta y cuando acaba pasas al estado de sedación.

Según las encuestas, las fantasías que más morbo causan a las mujeres son:

  • -El voyerismo, por el placer de ser miradas.
  • – Agresividad tanto ser ella la agresiva y dominar al hombre por la fuerza, como que sea el hombre quien la domine a ella.
  • – Sumisión total, ser atada, retenida o inmovilizada o ser ella la que se lo haga al hombre. También cambiar los roles.
  • – Tener sexo con un atractivo desconocido. Normalmente no se pone en práctica pero el morbo que suele dar el mero hecho de imaginarlo, hace que suba la temperatura.
  • – Tríos y orgías. O incluso ver a tu pareja con otra persona.

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  • – Lugares prohibidos o sea donde evidentemente no se puede uno poner a mantener sexo.
  • – Tener sexo con alguien de su mismo sexo, como un encuentro ocasional.

Y también está demostrado que después de tener una dosis alta de morbo, la felicidad puede durar entre unas horas hasta un mes, en el cual  nuestro cuerpo esté más receptivo a todo lo que nos causa placer y también nuestra mente se sienta más libre. A parte de romper un poco la monotonía en la que nos sume la sociedad en la que vivimos. y que muchas veces nos hace sentir que nuestra vida es insulsa o aburrida.

Por lo tanto, de vez en cuando vamos a hacer que nuestras dosis de adrenalina se disparen, y nos invada ese impulso de trasgredir la norma, y hagamos una locura si puede ser un poco más arriesgada que comernos una croqueta a escondidas cuando estamos a dieta.

¡A por nuestra dosis de morbo!