Tal vez estás flipando un poco con el título y tu primera respuesta (al menos si eres una persona con dos dedos de frente) es «NO TIENES QUE MENTIR». Yo opino igual que tú, pero  mis compañeras del curro no piensan lo mismo.

Hace un par de semanas conocí vía Tinder a un chico que cumplía la regla «LTE», es decir, Limpio, Trabajador y Empotrador (o al menos eso parecía a primera vista). Hablamos durante unos días y decidimos quedar para tomar algo, reírnos cara a cara y lo que surgiese. Yo no estoy buscando al amor de mi vida; sinceramente estoy en un momento en el que lo único que me apetece es darle caña a mi coño, conocer tíos, disfrutar, repetir si me gusta su rollo y seguir con mis cosas sin ataduras. Quiero follar y lo hago, y no me siento culpable.

Cuando quedé con el señor LTE tenía claro a lo que iba: quería echar un polvazo y ya de paso unas risas tomando algo, me daba igual lo que pasase primero.

Nos vimos en una terraza y empezamos a hablar de la vida, de nuestras ambiciones, de lo que nos gustaba en el sexo… Y la temida pregunta, de con cuántas personas habíamos estado.  A muchas personas les ofende esta pregunta, pero a mí si me la hacen por simple curiosidad me parece tan licita como cualquier otra. Eso sí, si va con doble intención o ponen cara rara cuando respondo, huyo. No fue el caso.

«Si te refieres a una relación seria, con tres chicos. Si te refieres a sexo, con más de 30 probablemente. No llevo la cuenta… ¿Y tú?» 

Él me confesó su número  y seguimos hablando de otras cosas. No le dio importancia igual que yo no se la di a él, porque a mi me da completamente igual en qué agujeros la ha metido siempre que venga sano y use condón.

Total, que follamos y la cosa quedó ahí. El sexo me gustó mucho pero por cosas de la vida no hemos vuelto a repetir. Yo estoy bastante liada de curro y él no me quiere agobiar, cosa que agradezco enormemente. Esto quiere decir que apenas hablamos.

Pues ayer estaba con mis compañeras de curro tomando un café y salió el tema. 

Ella – Oye Marga, ¿qué tal con el tío de Tinder?

Yo – Pues la cita fue muy bien.

Ella – Ay, cuenta. ¿De qué hablasteis?

Yo – Pues de …, de …, también de… y de con cuanta gente habíamos estado.

Ella – ¿Con cuánta gente has estado?

Yo – Pues con más de 30 tíos probablemente. No llevo la cuenta.

Ella – ¿CON 30 TÍOS? Joder, son muchos.

Yo – Muchos para ti. No sé, yo creo que podría aumentar la cifra si me lo propongo eh…

Ella – Y bueno… ¿Habéis vuelto a quedar?

Yo – Pues no.

Ella – Pues eso es porque le asustaste diciéndole que te habías tirado a 30 tíos. Tenías que haberle mentido y haberle dicho que solo con 10 o así.

Y todas las demás chicas que estaban en la mesa asintieron y le dieron la razón. Cinco mujeres de 30 años cuestionándome por el número de nabos que había catado… Y sí, lo decían riendo, pero también juzgándome.

Lo siento, pero jamás mentiré sobre con quién he estado o dejado de estar. Puedo negarme a contestar porque estoy en todo mi derecho y es mi privacidad, pero no voy a inventarme un número para que no me tachen de «puta». Será que me hago mayor y poco a poco le he perdido el miedo a esa palabra. Si ser puta es vivir libremente, soy la más puta de todas.

¿Tú qué opinas?