No lo digo yo basado en mi propia experiencia, que podría ser, lo dice un estudio de la Universidad de Michigan, en el que han analizado los hábitos del drinking de un montón de matrimonios. Tras preguntar a más de 4.000 matrimonios, los investigadores Kira S. Birditt, James A. Cranford, Jasmine A. Manalel, and Toni C. Antonucci llegaron a la conclusión de que los matrimonios más duraderos y los que decían estar más satisfechos eran los que tenían las mismas costumbres alcohólicas.

Las parejas que participaron en el estudio llevan casados de media unos 33 años, de ellas casi la mitad beben ambos y en el caso de las que no comparten hábitos de bebercio, son las mujeres las que se mostraron menos satisfechas con el matrimonio. Pero ojo, que tanto si son ellas las que no beben, como si el que no bebe es su marido.

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Esto también quiere decir que si no bebéis ninguno de los dos, pues también os irá mejor. Pero que si a uno de los dos no le gusta beber y el otro desayuna cerveza, pues estos señores dicen que vais a tener que esforzaros más en vuestra relación.

Desde luego leer esto me hace inmensamente feliz y además corrobora algo que yo sabía, pero seguro que tú también. Todas hemos visto peleas constantes por «vaya pedo llevas» o las caras mustias de alguien cuando su pareja solo bebe mostos. Y qué me decís de esas primeras cañas juntos y esos primeras noches de fiesta, los dos solos. Ay.

Ya os conté que a mí un chico que no bebe, no me atrae nada. Básicamente porque yo no puedo vivir sin cervezas frescas en verano, comidas de amigos que empiezan con un vermouth, vinos blancos o un cubata de celebreision de esos de «hoy ha sido un día de mierda, vamos a por un cubata». Discusiones sobre qué más mierdas le pueden echar al gin tonic o descubrir juntos que os gusta el whisky solo. Nos gusta beber y nos gusta hablar de bebida. Igual que nos gusta comer y nos gusta hablar de comida.

giphy (4)Seguro que beber en familia juntos también hace familias más felices

Tampoco se trata de volverse unos borrachos, no queráis malinterpretarme, que os conozco. Pero desde luego yo no puedo imaginarme una comida especial sin un buen vino entre dos. Al final, se trata de sencillamente, de compartir hábitos e intereses, algunos, tampoco todos, que si no vaya rollo. Pero sobre todo, de saber llevar los del otro.