Hace un año me mudé por motivos laborales a otra ciudad y creo que ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida. Me encanta el lugar donde vivo ahora porque es una ciudad cosmopolita y llena de gente. Vivir en un sitio donde nadie te conoce hace que seas la versión de ti misma que siempre has querido ser y nunca te has atrevido. Aquí soy sociable, alegre y vivaracha, siempre estoy de fiesta y haciendo nuevos amigos. Decidí cuando llegué que a mí lo que me gusta es hacer planes todos los días, sin embargo no quería hacerlo sola. Me apunté a todo: voluntariado, deportes, idiomas. Además de usar Facebook y otras apps.

Mi vida ha dado un giro de 180ºC. Me permitió mandar a paseo amistades muy tóxicas y una relación sentimental que no me aportaba nada porque  ya no estaba enamorada, es más  me hacía estar triste e insegura y no me dejaba florecer.

¡Ay amig@s! Mi drama comienza cuando empecé a conocer chicos de nuevo. Soy un poco especial a la hora de ligar. No soy una chica de rollos de una noche, ni me va mucho el estilo de Tinder y otras apps, en este sentido soy un poco más tradicional y me gusta conocer a alguien por casualidad, en un día que no te esperas y que haya algún tipo de conexión.  Sin embargo llevo una racha que no me como una rosca. Los chicos que me gustan flirtean conmigo, parece que hay química pero luego a la hora de la verdad  ¡“ni chicha ni limoná”!

El caso es que últimamente me considero que soy un toto triste. ¡Ya van cuatro tíos los que me dan calabazas! ¡Qué mala racha! A veces tengo la sensación de que es el Karma por haber dejado a mi novio o que alguien está haciéndome vudú para evitar que yo ya no encuentre la felicidad sino ¡ya ni siquiera poder echarme una alegría al cuerpo!

Con el sujeto número uno al que llamo “el empotrador que nunca me empotró,  la historia fue que nos conocimos en una fiesta (muy borrachos) y en esa fiesta pudo pasar algo pero claro, yo por aquella época tenía novio y siempre he sido una chica muy fiel, así que quedamos solo como amigos. Aunque siempre estaban las pullitas, nos vacilábamos y las indirectas. Se fue de vacaciones y estuvimos unas semanillas sin vernos. En ese periodo yo corté con mi ex y estaba deleitada con la idea de volver a ver al otro chico, es más creo que estaba decidiendo que nombres ponerles a nuestros tres hijos y qué raza de perro  tendríamos…pero que cruel es el destino que me volvió ENAMORADO de una chica que había conocido en vacaciones. Mi “pokerface” fue legendaria.

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Al sujeto número dos le llamaré “el mojabragas”. Conocí a este muchacho porque nos presentó un amigo. Recuerdo el momento porque fue totalmente de comedia romántica. Me dijo: “fulanito está detrás de ti” y yo al girarme fue como un “Hooo….. LA!!!!!” Guapísimo, digno de aparecer como modelo en alguna revista. ¡Qué sonrisa! Creo que en el momento que me sonrió fue un “se me acaba de caer la vagina”. Lo más cachondo es que yo no esperaba que un chico así quisiera algo conmigo. Sin embargo mi amigo me dijo que yo le gustaba. Además el chaval me pidió el número, me empezó a hablar por WhatsApp, me agregó a Facebook etc. Es más, ¡me invitó a una fiesta en su casa! Para que cuando llegué allí me abrió la puerta su compañero de piso, había más gente en esa casa que el día de rebajas en un supermercado, y me encuentro al sujeto en cuestión comiéndose los morros con una rubia que parecía Claudia Schiffer. Así que como veréis “mi gozo en un pozo”.

Al sujeto número tres lo llamáramos “el abrazitos”. A este chico no lo puedo criticar mucho porque somos muy amigos ahora y es un amor de niño. En cambio cuando nos conocimos, yo lo primero que vi de él es que era un chico muy guapo, al que le encantaba abrazarme. Me llamaba “sexybum” y un día que estábamos tomando algo me dijo que con el vestido negro que llevaba puesto su corazón no paraba de latir. ¿Qué pasó al final con este muchacho?… que me di cuenta que es así con todas. Sin embargo yo tampoco habría tenido mucha oportunidad con él porque me dijo hace un tiempo: “!Te quiero mucho… como amiga claro!” y fue un ooh vale… gracias…supongo.

Y el último “mi amor fraternal”. La verdad que cuando conocí a este chico nunca me imaginé que me podría llegar a gustar porque a primera vista… guapo guapo no es. Sin embargo después de casi un año conociéndonos y haciéndonos muy buenos amigos descubrí que la romántica que hay en mí le quería como algo más que un amigo. Es muy detallista, siempre se está preocupando por mí. Encima me hizo un retrato y me escribió una canción. Es más, también me piropeaba mucho. Llevábamos una temporada quedando los dos solos un montón, y para mí era como citas, a veces en su casa o a veces en la mía. Sin embargo nunca pasó nada. Hace poco le propuse un plan y me dijo la MATADORA FRASE DE: “oye fulanita, podías invitar a más gente, es que siempre estamos solos como ¡HERMANO Y HERMANA!”

Así que después de este BADABAM yo ya renuncio.

PD: no os preocupéis por mí, tengo pensado nombres para todas las mascotas que van a ser el zoológico de mi futura casa.

Anónimo.