A mí me gusta mucho la ciencia, pero no la de los libros de la universidad, sino la de Internet. Me flipa leer artículos CUTRES con estudios de una universidad de la que nunca había oído hablar contándome que el semen es nutritivo, que follar es bueno para evitar arrugas y que los orgasmos dan la felicidad. ¿No me digas? Yo es que cuando me corro me enfado y por eso me salen patas de gallo.

El caso es que he leído que en diciembre es muy normal que haya sequía sexual y me he acojonado un montón. Veréis, yo llevo sin follar desde septiembre más o menos, así que como ahora venga mi mala racha igual me tiro de un puente. En octubre me comí una polla, pero no cuenta porque cuando el chico se corrió se quedó dormido. Yo me fui de su casa y al llegar a la mía me vi la primera temporada de Sabrina.

Netflix > Sexo malo

 

Supuestamente la sequía sexual invernal tiene una explicación científica y es que con el frío se nos amarga el carácter. Pero oye, que no solo influye esto, sino que además estamos más enfermos porque el sexo es como un Frenadol.

“Según una investigación de la Universidad Wilkes (universidad que no conoce ni el que la fundó), mantener relaciones sexuales 1 o 2 veces a la semana mejora el estado físico de las personas. Aumenta un 30% su nivel de inmunoglobulinas y se resfrían menos.”

Conclusión: no follas y te pones enferma. Como estás con diarrea y mocos no te apetece follar, así que sigues enferma. Te amargas, sigue sin apetecerte follar y pillas otro catarro…

Es el ciclo sin fiiiiiin que lo envuelve toooooodo, y aunque estemos sooooooolos debemos buuuuuscaaaar alguien que nos hecho un buen polvo.

Así me siento ligando.

Así que yo escribo este artículo para preguntarle a dios que qué he hecho mal en mi otra vida para merecer esto. ¿No es suficiente castigo no follar que además estoy condenada a pillar la gripe? ¿El universo condena a los que no nos comemos un colín? ¿Cuándo acabará esta mala racha?

Llegada a este punto he decidido ponerle remedio. Este diciembre voy a follar, a la Virgen María pongo por testigo. Y si hace falta me descargaré el Tinder, Badoo o una puta paloma mensajera que mande fotos de mis tetas a mi compañero de curro buenorro. Pero no acaba el año sin que me la metan. Se lo debo a mi sistema inmunológico, ¿no?