Tío herpes: dícese de aquel que aparece cuando tienes las defensas bajas.

La definición no está sacada del Vademecum, pero está sacada de la experiencia de todas las mujeres del planeta y con eso basta.

Ojo con estos señores porque te pueden hacer el lío en menos de lo que canta un gallo. Suelen aparecer cuando llevas 3 meses sin follar, cuando tu semana ha sido una mierda, cuando te acaba de dejar el hombre de tu vida, cuando te han echado de un curro, cuando acabas de mandar todo a tomar por saco, cuando tu madre te saca de quicio, cuando quieres mimos y nadie te los da o cuando simplemente estás cachonda perdida y necesitas un poco de mambo. Ahí es cuando hacen su aparición estelar.

Suelen manifestarse en forma de whatsapp, de like en Instagram o de mensaje privado por Facebook, porque no, a estos no te los encuentras por la calle; estos lo huelen y te mandan una señal inalámbrica porque tienen un detector de días de bajón que ya lo quisiera el mismísimo Iker para sus cacofonías.

Los mensajes suelen ser muy random, del tipo: ¿cómo va?, ¡hey!, ¿qué es de ti?. LLevan sin saber de tu vida meses e incluso años (sí, se han dado casos) y de repente de la noche a la mañana hacen chas y aparecen a tu lado.

Son muy complicados de identificar en el momento, pero a toro pasado no se te escapa ni uno. Cuando recibes el mensaje tu cara se transforma, te sientes querida, que alguien se acuerda de ti. No tengo muy bien estudiado aún el tema y no sé si esto sucede porque lo necesitas realmente o porque son las hormonas las que hablan por ti y piden canela fina. Sea como fuere, tú contestas porque tu sistema inmunológico no te alerta y si lo hace, en forma de amigas que te dicen: tía, no jodas, no caigas en la misma mierda; tú pasas de su consejo como de comer mierda.

Probablemente después de leer este post vuestros sistemas inmunológicos tomen las riendas de la situación y estén al loro, pero no os confiéis que leer estas cosas y darse cuenta es como el Ibuprofeno, dura solamente unas horas. En cuanto que os vuelvan a bajar, los tíos herpes entrarán en acción acechando a su presa.

Si no eres capaz de controlarlo, pues amiga, disfrútalo; pero la voz de la experiencia (mejor que la del Vademecum) te dirá que intentes huir de ellos como de la mala hierba, porque al final son dañinos y te dejan bacterias desde el chichi al corazón (metafóricamente hablando coleguis)

Imagen de portada: Photo by Shamim Nakhai on Unsplash