Hay quien dice que X-Art es la página de porno para chicas por excelencia, pero yo lo veo más como el porno más cuqui del mundo mundial.
Esta productora americana se dedica a lo que han llamado ‘porno refinado’ y es que son expertos en cuidar la imagen y convertir una escena aparentemente cochina en algo elegante y hasta dulce. ¿Cómo lo consiguen? Eligiendo como protagonistas a actores y actrices guapos y naturales. No hay tanta teta siliconada ni pene kilométrico. Están todos buenorros, sí, pero como podrían estarlo tus compis de universidad más guapetes.
La luz es un factor muy importante. Utilizan siempre luz aparentemente natural que resalta los colores blancos de las sábanas y las pieles claras de los actores. Todo parece limpio, casi te llega olor a flores a través de la pantalla, algo que dista enormemente del porno habitual en el que todo está de cualquier manera y lo que intuyes es que en esa habitación huele a muerto.
La realización es otro de los puntos fuertes, está tan bien hecha que todo fluye y te da la sensación de estar presente en la habitación viendo el polvo de primera mano. Un polvo que además podrías estar protagonizando tú perfectamente. Aquí las escenas no son forzadas, ni los gemidos estruendosos. Todo sucede como podría suceder en el salón de tu casa con una cita Tinder (si fueras rica, claro, porque los escenarios suelen ser mansiones con cristaleras y piscinas maravillosas).
En X-Art hay donde escoger, no os creáis. Tríos, porno lésbico, dominación, más duro, más suave… Pero siguiendo siempre la misma línea editorial que cuida los detalles hasta la extenuación y hace las delicias de los que como yo, aprecian las cosas bien hechas. Sí, hasta en el porno.
A mi ya me tenían conquistada pero es que ahora además han comenzado a hacer porno argumental. Es decir, realizan cortometrajes en los que además del metesaca se cuenta una historia (con sentido, no del tipo ‘llega el fontanero y me mete el cipote entero’) y las hay que te dejan hasta con la intriga entre polvo y polvo. ¡Una maravilla!
