El verano pasado Shaila Dúrcal sufrió un accidente en el que perdió parte de su dedo índice y fue bastante sonado en el mundillo del corazón (el morbo y tal). La cantante, que ha estado varios meses bastante retirada de los medios, no ha dejado de subirse a los escenarios mientras se iba acostumbrando a su nueva realidad. Lo normal, ¿no? El tema es que ha reaparecido este fin de semana en un programa de Telecinco y han saltado todas las alarmas: HA COGIDO ALGO DE PESO Y CLARO, ESO ES IMPORTANTÍSIMO (que ojo, ha sido porque ha dejado de fumar, pero eso importa menos). De verdad, es terrible que siempre que se habla sobre algo relacionado con esta chica se hable de su cuerpo y de su peso.

Esta es la «noticia» que ha compartido con nosotras una seguidora y con la que nos morimos un poco de asco y, después de una pequeña búsqueda en San Google, observamos que otros medios se han hecho eco (llegando incluso a plantearse si Shaila se va a dejar seducir por marcas dietéticas y más asco). ¿De verdad es tan interesante que una muchacha haya engordado por lo que sea? ¿En serio que seguimos poniendo el foco en el físico de las mujeres tan gratuitamente? ¿No vamos a aprender nunca que el body shaming -porque sí, esto es body shaming de baja intensidad- es una de las peores cosas que podemos hacer y que perpetúa comportamientos ultra tóxicos hacía nosotras mismas?

En nuestra opinión está estupenda. Y no, no está estupenda porque su físico haya cambiado… está estupenda porque no tiene miedo a exponerse y porque es riquiñísima. Te puede gustar más o menos su trabajo, pero su valía como cantante y como persona pública jamás estará determinada por su apariencia física. FIN.

Es muy cansado tener que capear artículos tan preocupados por los kilos de la gente, sin embargo me da por pensar que siempre se increpa a los medios de comunicación por publicar este tipo de «informaciones» tan poco responsables y tan poco relevantes (casi todos tenemos ojos para ver que esta muchacha o cualquier otra persona ha engordado, adelgazado o whatever). Y, a lo mejor, algo de responsabilidad también la tenemos los consumidores: si las revistas publican estos contenidos es porque les sale rentable. Es decir, vemos ese titular y vamos corriendo a ver qué pasó porque nos puede la curiosidad, el morbo y todo lo malo del mundo. O sea, toda esta mierda sigue vendiendo a tope, si no se buscarían las castañas para publicar otras cosas más interesantes.

Así que sí, queda mucho trabajo por hacer y mucho por deconstruirnos como sociedad y nosotras no vamos a parar de trabajar para mostrar otra mirada. a ver si va calando un poquito un mensaje más positivo y diverso.

La foto de portada es de EuropaPress.