Hoy vengo a confesar y confieso que he dudado de mi relación de pareja en varias ocasiones. ¿Y sabéis qué? Que eso no significa que le quiera más o menos. ¿Y sabéis qué también? Que si siguiera muchos de los consejos que se dejan en este foro, hubiera acabado con mi relación hace años. Pero por suerte, la realidad es que si dudas de tu relación no tiene porque ser malo ni tiene porque significar que no quieres a tu pareja. Me ha costado tiempo y ayuda de psicólogo llegar a entenderlo, pero es así.

Nos venden la idea de que en una relación de pareja todo debe ser idílico, que el amor lo puede todo y que es incondicional. Todo es intensidad. Y si no lo vives así, es que realmente no estás enamorada y no quieres a tu pareja. Pues mira, voy a mandar a la mierda al que inventó este concepto. Porque una relación de pareja es un trabajo de 24 putas horas al día los 365 días de año. Y a veces no es fácil, no es nada fácil.

Habrá épocas buenas, épocas no tan buenas y épocas en las que desearías dar media vuelta sin mirar atrás. Y algunas veces, dudarás. Y si no lo has hecho, créeme, lo harás.  Así que vengo a decirte una cosa: NO PASA NADA POR DUDAR DE TU RELACIÓN. Si yo dudo con algo tan simple como si quiero brownie o coulant de postre, ¿Cómo no voy a dudar de algo tan importante cómo esto?

Y por dudar me refiero a esas dudas que desafían nuestra relación y la ponen a prueba. Y no sólo nuestra relación, si no a nosotras mismas. Esas preguntas como ¿Me veo con esta persona dentro de X años? ¿Quiero tener hijos con esta persona? ¿Soy realmente feliz? ¿Quiero estar con la misma persona toda la vida?. Son preguntas que nacen de una misma y que tarde o temprano salen a la luz. Puede que vengan por un desencadenante o no. Pero lo peor que podemos hacer es hundirlas de nuevo en lo más profundo.

Porque yo no sé vosotras, pero al menos yo no quiero despertarme un día a los 60 años y darme cuenta de que no he vivido la vida que yo quería contar y con la persona que yo quería hacerlo. Así que sí, he tenido dudas y dudaré de mi relación las veces que haga falta. Porque yo no soy la misma que hace 10 años. Mi vida, mis circunstancias y mis prioridades, han cambiado. Y por tanto, no tengo porque querer lo mismo ahora que cuando era una adolescente de 20 años (Gracias a Dios). E igual que me pasa a mí, le pasa a mi pareja. Por eso, cuando llevas mucho tiempo compartiendo la vida junto a alguien, a veces, hay que frenar y reordenar la relación. Y eso amiga mía, empieza por una misma. 

Y no significa que hayas dejado de querer, si no que habéis cambiado y tenéis que volver a encontraros. Puede que os volváis a encontrar. Puede que establezcáis nuevas normas y roles. Que os aventuréis hacia un camino totalmente distinto. Que decidáis que es mejor caminar por separado. O sí, porque no, que el amor se acabó de tanto usarlo. Tomes la decisión que tomes, llegarás a esta proceso porque en algún momento, habrás dudado. Te habrás parado y habrás pensado: ¿Es esto lo que quiero?. Así que lo siento mucho, pero NO. Para mí dudar de la relación NO es malo. Y os aseguro que entre todas mis dudas, no he dejado de querer a mi pareja ni un ápice. Pero como dijo nuestra gran Samantha Jones, me quiero más a mí.

El otro día mi psicóloga me dijo que en cuestión de amor a veces pasa como con los idiomas. Cada uno lo hablamos y entendemos de forma distinta. Y la clave está precisamente en trabajar para llegar a comprenderse. Aunque a veces dudes.