Una asume que los peores regalos que va a recibir son los del Amigo Invisible porque todas, en algún momento, hemos hecho un regalo monísimo y hemos recibido el típico “dónde lo pongo”. Lo que una no se espera  es que el peor regalo de tu vida venga de alguien de tu familia o de las personas más cercanas.

Ese fue mi caso, hace dos navidades, cuando fuimos a celebrar el día de Nochebuena a casa de mis suegros y llegaron los regalos de Papá Noel: A mi cuñada, un estuche completo de maquillaje. A mi suegro, un teléfono nuevo. A mi novio, un mando nuevo para la Play. A mí…Unos batidos de Herbalife.

En el momento pensé que era una broma, los típicos regalos que se envuelven para hacer la gracia y darle paso al verdadero regalo que suele ser infinitamente mejor. Pues este no era el caso. Cuando abrí la caja se hizo un silencio bastante largo y la única que sonreía en esa mesa era mi suegra, que esperaba mi respuesta como si de verdad pensara que me iba a hacer ilusión. 

-“¿Qué? ¿A qué no te lo esperabas? Te he comprado el set completo quema grasa que dicen que es una maravilla.”

Sentí que me ponía muy roja. Empecé a titubear un “gracias” como pude y ella siguió explicándome todos los beneficios que le habían contado que tenía, aunque la verdad es que estaba tan nerviosa que no escuché lo que decía. 

El problema no era tanto el regalo, que me podía haber limitado a tirarlo, sino la vergüenza de que mi propia familia me estuviera llamando gorda, que es realmente lo que estaba haciendo regalándome eso.

Mi novio tenía la cara descompuesta. En cuanto vio el regalo supo cuál iba a ser mi reacción. Yo siempre he estado gorda y no he tenido problema con ello pero lo cierto es que ese año engordé bastante por un problema hormonal que muy pocas personas sabían y me estaba costando más sobrellevarlo por todo lo que supone socialmente estar más gorda: encontrar menos ropa, sentir que tienes el deber de adelgazar como sea y enfrentarte a miradas, comentarios y situaciones así de incómodas. 

Mi suegra siempre me había hecho comentarios sobre el peso desde que empecé con su hijo. Como digo, no era algo que me afectara porque siempre he tenido muy claro que mi cuerpo no define ni mi belleza ni mi valía como persona pero hay situaciones o épocas en las que te incomoda más que en otras. Había intentado muchas veces explicarle por qué no iba a hacer ninguna de esas dieta que mencionaba, el daño físico y psicológico que nos dejan ese tipo de tratamientos y la importancia de alimentarnos de manera consciente, valorar nuestro cuerpo tal y como es…Pero ella siempre ha hecho oídos sordos. Con el tiempo he aprendido que no puedes librar todas las batallas ni pretender que todo el mundo te entienda. Cada uno tiene que andar su propio camino y avanzar a su ritmo. Por eso, cada vez que ella sacaba un tema de estos, me limitaba a seguirle la corriente y mostrar un interés que realmente no existía. Supongo que eso fue lo que le hizo pensar que unos batidos de Herbalife iban a hacerme ilusión. 

La noche siguió bastante tensa. Nadie comentó nada acerca de los regalos y noté a mi suegra algo incómoda. Por eso, cuando llegó el momento de sacar los turrones y mantecados, saqué uno de los botes del regalo y dije: “Venga, familia, que a los chupitos invito yo”, haciendo referencia al batido quemagrasa. Todos se rieron, incluso mi suegra. Decidí que no era momento para malos rollos ni para explicaciones. 

Nos fuimos a casa y mi novio me agradeció el buen ambiente que habíamos tenido pese al momento tan incómodo. Yo por dentro solo sentía pena por tenerme que enfrentar a situaciones así por el simple hecho de estar gorda. ¿Por qué damos por hecho que una persona gorda quiere o necesita adelgazar? ¿Por qué seguimos creyendo que la salud va de la mano de la delgadez? ¿Por qué no pensamos en el impacto de nuestros actos? Lo que tengo claro es que ese regalo nunca le habría llegado a una persona delgada, lo cual es todavía más discriminatorio si cabe, y que si esto le llega a pasar a una persona con baja autoestima, con un Trastorno de la Conducta Alimentaria o una mala relación con su cuerpo, podría haber sido un momento muy difícil de superar.

Por eso solo puedo sentir tristeza cuando estas cosas pasan. Porque una situación así, un comentario “por tu bien” o un consejo “por salud” pueden desencadenar mucho dolor en una persona y creo que es hora de ser conscientes de ello. 

Pero bueno, siempre podemos sacar algo positivo de estas cosas y, en este caso, tenéis que saber que se pueden hacer unas manualidades preciosas con los botes de Herbalife. Yo he hecho una hucha y un jarrón pequeño para mis flores que han quedado monísimos. ¡Algo bueno tenían que tener!

 

Redacción WLS