Chicas, vamos con un tema importante. Cuando tenemos una cita intentamos estar arregladas, y cuando digo eso me refiero por dentro y por fuera.

¿Os ha pasado alguna vez que queríais juguetear con vuestro novio y os habéis cortado porque la última ducha fue  hace horas?

Reconozco que a mí sí. Y eso ha sido no solo por respeto a mi compañero, sino también a mí. En casa me enseñaron a ser limpia, oye. La gran verdad es que tan solo 3 minutos de ducha pueden transformar un mal polvo en un polvazo.

 

 

Pensando en el tema, quise preguntar a mis amigas y amigas de amigas si alguna vez se habían encontrado en una situación higiénicamente dudosa, o si por el contrario, algún compañero sexual les había ahorrado el “asomarse allí” como detalle a su pituitaria.

Estas son las respuestas que me han dado y que, con su permiso, me gustaría compartir:

 

  • “Nunca jamás me han dicho que no se la chupe porque oliera mal. Es más, me han pedido que me bajara a hablarle al micro y he sido yo la que he tenido que pedirle que se duche porque el olor era insoportable. No se lo tomó mal, se duchó y seguimos cantando.”

S, 37 años.

 

  • “Al revés. Cuando yo le decía que no se la quería chupar porque el olor era muy fuerte me decía que era una exagerada y que él no notaba nada.”

P, 25 años.

 

  • “El súmmum del morro. Yo se lo hacía sin ningún problema aunque no oliera a flores del campo pero el a mí no porque decía que no le gustaba mi olor. 3 días duré con él y me sobraron 2.”

T, 29 años.

 

 

  • “A mí sí. Si mi pareja y yo estamos tonteando y la cosa se pone seria, me avisa de que hace horas de su última ducha. De esa manera podemos hacer otras cosas que no sean chupársela y así ahorrarnos el mal trago ;)”

G, 34 años.

 

  • “Aunque hay chicos de todo, la gran mayoría no. Normalmente, los que me lo han dicho han sido los que han sido mi pareja estable. Es curioso que los rollos de una noche son los que menos problema tienen con eso.”

I, 33 años.

 

 

Tras escuchar a mis amigas he sacado las siguientes conclusiones:

 

  1. El sentido del olfato de los hombres parece ser menos escrupuloso que el de las mujeres.
  2. No tratan igual a los rollos que a las parejas estables y deberían hacerlo.
  3. No son nada empáticos. Su olor está bien, el nuestro no.
  4. Ellos prueban suerte aunque sepan que no están limpios.
  5. No se ofenden cuando los pides ducha antes de seguir con el tema.

 

 

 

En definitiva: Hay hombres buenos, hombres malos y hombres guarros. Queridas, mi consejo después de todo lo leído es:

Huyamos igual de lejos de los hombres malos que de los guarros.