Tengo derecho a tener mi propio espacio. Y no por eso te quiero menos. Todos lo contrario.  Pero necesito echarte de menos. Necesito sentirme YO y no NOSOTROS. Y no significa que no esté 100% implicada en lo nuestro. En absoluto, me tienes al pie de guerra siempre que sea necesario. Pero no por eso voy a permitir que mis necesidades sean menos importantes. No por ello me voy a relegar a un segundo plano. Eso no.

Así que sí, tengo derecho a tener mi propio espacio. Tengo derecho a tener una vida privada que no tengo ni quiero compartir contigo. Porque son mis espacios de independencia e individualidad. Y no voy a sentirme mal por ello. Tengo derecho a tener amigos que no tienes porque conocer. A salir con ellos y pasármelo bien. Y no por ello voy a sentir que te estoy fallando o traicionando. La base de nuestra relación siempre ha sido, es y será la confianza mutua. Por lo que dejemos estas inseguridades a un lado.

Confianza siempre

Tengo derecho a querer pasar tiempo sola. Porque amo y cuido mi independencia por encima de todas las cosas. Y sí, me puede apetecer perderme unos días conmigo misma. Refugiarme en una habitación con un libro o querer disfrutar de la soledad de nuestro piso. Y no significa que no quiera pasar tiempo contigo. Al contrario, disfruto al máximo todo el tiempo que estoy contigo. Pero para poder estar al 100%, también necesito cuidarme a mí misma en soledad.

Tengo derecho a tener una vía de escape. Ya sea una noche con amigas, una actividad propia o visitar a un psicólogo. Porque son esos momentos los que me llenan de energía y me recargan las pilas. Y no es justo para ninguno de los dos que tú seas mi único punto de apoyo emocional. Sería un error, y los dos lo sabemos.  Y no por ello te estoy escondiendo una parte de mí ni dejo de querer compartir mi vida contigo. Simplemente a veces, es necesario repartir las cargas y conocer otras perspectivas.

El gran apoyo emocional de las amigas

Tengo derecho a tener un mal día y que no me apetezca hacer nada. Ni contigo ni con nadie. Que me cueste un horror desconectar la mente de lo que me preocupa y que esté ausente mentalmente. Hay días que lo mejor que puedes hacer es darme ese espacio que tanto necesito. Porque hay días que no me aguanto ni yo misma. Y no por ello significa que me aburra contigo. Simplemente necesito relamerme las heridas en soledad.  Pero no te preocupes, soy como el ave fénix, siempre renazco de mis cenizas y vuelvo con más fuerza.

Tengo derecho a no querer estar contigo las 24 horas del día. Necesito echarte de menos. Desconectar de ti y volver a conectarme. Porque creo que eso es lo que mantiene la chispa entre los dos. Lo que evita que se sobrecaliente el sistema y acabe en un estallido que lo deje inservible. Necesito vivir mil y un reencuentros contigo. Tener esa sensación de emoción cuando hace tiempo que no te veo y tengo mil cosas por contarte. Porque a pesar estas ausencias, siempre serás la primera persona a la que recurra. No lo olvides.

Hurra por nuestros reencuentros

En definitiva, que sí, que tengo derecho a tener mi propio espacio. Y lo más importante. Tengo derecho a no sentirme mal por ello. A no tener que cargar con inseguridades y reproches que lo único que hacen es bloquearme y limitarme. A sentirme 100% libre dentro de una relación. Y sí, seguramente habrá personas que no tengan esta necesidad de independencia. Pero no por ello voy a dejar de sentirme 100% YO.