Estamos a las puertas de la Navidad, las calles ya están a reventar de luces, las tiendas a tope de gente, los supermercados llenos de turrones y tú… pues tú estás hasta las mismísimas narices de tanta parafernalia y de que todo el mundo, de pronto, se quiera tanto.

Porque sí, amiga, hay a gente a la que estas fechas más que amor les despiertan al Grinch más absoluto. Ese que hace que cada villancico, cada polvorón o cada zambomba te produzcan un escalofrío de terror. Odias la Navidad y todo lo que ello conlleva pero, ¿hasta qué punto?

Por eso os traemos el TEST ABSOLUTO ANTI-NAVIDAD. Mide tu nivel de Grinch respondiendo a estas sencillas preguntas…

Es la hora de poner el árbol en casa, ¿en qué colaboras para adornarlo?

  • A/Hago bolas con tutoriales Pinterest DIY enfundada en un vestido de lentejuelas engalanado con luces de Navidad.
  • B/Miro como el resto de la familia decora el dichoso árbol mientras les pido que se aparten de delante de la televisión porque me están tapando la serie de Netflix.
  • C/Me cago en la puta madre del árbol que lo parió y en las lucecitas que cantan villancicos y al segundo día le prendo fuego.

Tu madre te manda un SOS, es día 24 de diciembre y necesita que celebréis la cena de Nochebuena en tu casa, ¿qué haces para ayudarla?

  • A/¡Maravilloso! Recoges y limpias la casa al sonido del “Ron pom pom pom” (el clásico, no el mancillamiento musical de Leticia Sabater) y decides que será una velada temática, donde cada comensal llevará mínimo unos cuernitos de reno luminosos o un gorro de Papá Noel con villancico incorporado.
  • B/¡Arggg qué pereza! De repente te encuentras realmente mal, crees que tienes hasta fiebre, así que le dices que se busque a otro pringao, que tu piso es un nido de virus incurables.
  • C/Sonríes de oreja a oreja frotándote las manos y le respondes que por supuesto. Lógicamente, pasas de todo, y a eso de las 21:30 cuando la peña empiece a llegar apagas todas las luces y no les abres la puerta. ¡Feliz Navidad, colegas!

No hay tiempo, es casi la noche de Reyes y tu hermana te pide encarecidamente que le hagas unos recados, vamos, que compres los regalos que le faltan para algunos familiares. Tú…

  • A/Dejas todo lo que estabas haciendo y te echas a la calle feliz de hacer colas kilométricas. Piensas detenidamente cada regalo, e incluso adornas todos los papeles con un extra de purpurina que tienes en casa porque con brilli todo es más navideño.
  • B/Si mi hermana me llama un 5 de enero a las cuatro de la tarde, no puede ser nada bueno, no le contesto al teléfono.
  • C/¡Fiesta! Le digo que no se preocupe, que yo me encargo de todo. Me voy al supermercado que está frente a la oficina y compro seis latas de atún en escabeche. ¿Qué niño de 7 años no adora el atún? Llego a casa y los envuelvo en papel de plata. Voy a triunfar.

¡Horror! Entre sidrina y sidrina, venga vinito, ahora los licores y que si para terminar una espirituosa… el abuelo se ha pillado un pedo importante. Tu madre no cabe en sí del disgusto y te pide que les ayudes. ¿Cómo reaccionas?

  • A/Consuelo a mi madre recordándole las hermosas fechas que estamos celebrando, cantándole el “Noche de Paz” con mi voz celestial al sonido de la pandereta tocada por mi cuñado y les pido a todos que terminen prontito el jaleo, que en breve va a venir Papá Noel.
  • B/Me echo unas buenas risas con mi abuelo, y consigo que se ponga la corbata a lo Rambo. Mi madre se indigna de tal manera que me echa del piso. ¡Bien! Me he librado de fregotear.
  • C/Con la excusa de airear un poco al pobre de mi abuelo, me lo llevo a la calle y de ahí a la zona de marcha de la ciudad. Terminamos la noche en un after de colombianos chamboneando y bebiendo unos chupitos de JaggerMeister. ¡Cómo lo da el yayo!

A tu cuñado, ese que no tiene la boca más grande porque no le cabe en la cara, le ha caído un buen pellizco de la Lotería de Navidad. Tu madre te llama feliz para darte la noticia y tú…

  • A/Gritas y celebras todo lo bueno que le ocurra a una persona como él. Te encanta que la suerte recaiga en ese ser que sabe tanto de todo y siempre pone la puntilla a cada una de tus frases. De hecho, te alegra tantísimo, que decides organizar una cena en tu casa esa misma noche, que con las que están por llegar no es suficiente.
  • B/Pones los ojos en blanco y maldices al niño de San Ildefonso que ha sacado ese número de tantísimos que lleva el bombo. Te envenenas en tu propia bilis y pasas las fiestas con una gastritis que no te permite ni dormir.
  • C/Cuelgas el teléfono y sin mediar palabra vas a buscar a tu cuñado. Le arreas en la cabeza con una tableta de turrón duro y le robas el décimo. Huyes a México esa misma tarde, te han visto el pelo.

Si has respondido a la mayoría de A, eres una mierda de Grinch. Lo tuyo es la Navidad, los ángeles celestiales e incluso puede que decidas componer tu propio villancico. En tu casa te conocen como “Miss Noel” y coleccionas calendarios de Adviento cuquis porque así la cuenta atrás navideña se hace más corta.

Si tus respuestas son mayormente B, el espíritu del Grinch empieza a ser latente en ti. Puede que hace unos años la Navidad te gustase, puede que hasta la disfrutaras. Pero empiezas a estar un poco hasta el moño de toda esta historia, de cenas interminables y de quedar con familiares que ni te van ni te vienen.

Si los tuyo han sido mayoría de C, ¡eres el Grinch máximo! No puedes estar más en contra de los festejos navideños, de hecho te estás planteando seriamente hibernar durante diciembre y enero ante el miedo a que empiecen a salirte estigmas cada vez que alguien canta a tu lado el “Campana sobre campana”.

¡¡¡FELIZ NO-NAVIDAD A TOD@S!!!