Madre del amor hermoso, es que de verdad, lo que acabo de vivir no hay por donde cogerlo. Es que aún estoy flipando, es que si me pinchas no sangro, si me aprietas no me ahogo, si me pegas no te siento. Se lo acabo de contar a mis amigas por el grupo de WhatsApp y todas me han dicho que le mande un mail a las de Weloversize para confirmar que cualquiera está al alcance de vivir un follodrama, porque nosotras siempre decimos que no puede ser, que la gente se lo inventa, que no es posible.

PUES SÍ ES POSIBLE, NINGUNA ESTAMOS A SALVO. 

 

Pues bien, tengo Tinder, tuve Tinder y seguramente tendré Tinder. He encontrado de todo en la aplicación, la llevo usando años, desde cosas serias, hasta colegueo, pasando por polvos de una noche. Ninguna tengo ninguna pretensión cuando empiezo a hablar con algún pavo, lo que sale, pues sale. Me gusta improvisar.

Pues bien, esta noche tenía una segunda cita con un chico que había conocido por ahí, la última vez que quedamos la verdad es que fue bastante guay, congeniamos, hablamos y esas cosas. Bar de Malasaña, cervezas y una paliza al billar que le di, despedida con dos besos, Cabify y pa casa, mensajito de ‘me ha molado mazo quedar contigo’ y yo qué sé, todo muy normal.

VALE, PUES ESTA NOCHE NO HA HABIDO NADA NORMAL.

Hemos quedado en su casa, porque el chaval dice que es un cocinitas y que me quería preparar la cena, yo he llevado la botella de vino y me he depilado antes de salir, clara de señal de que esta noche había carricoche.

Pues nada, cenita, vinito, risitas y morreos varios en el sofá, nos hemos ido a su habitación, me ha empezado a comer las tetas, me ha arrancado el sujetador, me ha chupado todo el cuello y todo divinamente, todo apuntaba hacia un polvo en condiciones. Nos hemos desnudado mutuamente, le he preguntado si tenía condones y ha abierto el cajón de su mesita de noche.

Del cual ha sacado un condón E HILO DENTAL. Yo me he quedado un poco loca, en plan que pensaba que lo había sacado por equivocación o algo, pero no, mientras yo flipaba él se ha puesto a sacar hilo de la caja y a cortarlo con los dientes. Os juro que ha habido unos segundos de observarle a la espera de saber qué iba a hacer, porque vamos, no sé qué me hubiera sorprendido más, si que se hubiese puesto a sacarse un paluego o lo que realmente hizo, atarse la pinga con el jodido hilo.

Claro, viendo que el chaval no tenía intención de darme explicación alguna pues al final le he preguntado yo un escueto y susurrado ‘¿qué haces?’. A lo que me ha dicho ‘ah nada, esto es una técnica oriental para correrme más fuerte’. OJALÁ HUBIERAIS VISTO MI JODIDA CARA.

Yo no sabía si flipar o si preguntarle más por el tema, porque yo qué sé, me parecía interesante. A lo que nada, se ha puesto a contarme todo, que tenía una ex de filipinas a la que su madre le había enseñado a hacer eso, (LAS MADRES FILIPINAS ENSEÑAN A SUS HIJAS FILIPINAS A FOLLAR), a lo que llaman ‘el carrete filipino’, se atan hilo a la base de la poronga, la poronga retiene sangre, se pone más dura, más grande y más sensible y justo antes de correrse, se desata el hilo y hala, fiesta de la espuma.

Claro, yo tenía mis dudas, follando como yo follo, pues yo no entendía cómo pretendía soltarse el hilo, porque si me estás dando tras-tras como te vas a desatar la vaina mientras tanto, o sea, no es que yo sea torpe, pero hacer el movimiento del acto sexual mientras deshaces un nudo marinero en el temario, pues yo qué sé, lo veo complicado, llámame loca.

A lo que me ha dicho, que cuando estaba con ella era ella la que se lo desataba con su técnica ninja y él ni se enteraba, solamente se corría fortísimo. Que lo había usado con un par de chicas más y no había salido tan bien, porque él se desconcentraba desatando y al final se corría a medias porque se le pasaba el momento. COSA QUE VEO TOTALMENTE NORMAL.

A lo que le pregunto con cara de subnormal si pretendía que lo desatase yo, porque eso no iba a pasar, porque iba a estar más pendiente de estar a la altura de Jackie Chan que de follar y me ha dicho con toda su polla roja a punto de explotar ‘si quieres inténtalo a ver si te sale bien y si no pues ya lo hago yo’.

Pues mirad, yo no sé qué me ha pasado, me he puesto nerviosa o algo, él me ha dicho venga, vamos a dejar de hablar y al tema que te quema y yo pues ya no estaba por la labor, no sé si ha sido por la clase magistral sobre sexo oriental, por el hecho de verle atarse hilo de la boca en la polla o por la presión de tener que estar a la altura de una señora que conoce técnicas sexuales que yo no me imagino, porque vamos, a mi me sacas del perrito y ya me lío.

Total, que no he follado. Le he dicho que me encontraba mal y que lo sentía mazo, que ya le hablaría si eso. Me he ido y lo he dejado con la pinga envuelta pa regalo, con el condón y el lacito. Acabo de llegar a casa y me he puesto a buscar en Google esta movida y es real, lo usaban las prostitutas del lugar desde hace siglos y es un conocimiento que se pasa de generación en generación, al parecer la pava que lo controla hace disfrutar a todo hombre que se precie.

También pone que es súper difícil y que hay que tener habilidades todo guapas pa poder hacerlo, así que niñas, no lo probéis en casa, que nos conocemos.

 

Anónimo

 

Envíanos tus follodramas y Tinder Sorpresa a [email protected]