Bueno, pues eso. Voy al grano.
A mi pareja le encanta, LE ENCANTA, que le coma el culo. Que le meta los dedos o juguemos con estimuladores de próstata. ¿Y qué tiene de malo? Pues yo.
Me gusta nuestra vida sexual, me gusta hacer todo eso con él, no es ese el problema. Darle placer o que me lo dé el a mí, eso se nos da muy bien. El asunto es que hay mucha gente con otra visión sobre el asunto y, aunque yo no he hablado de mi vida sexual con nadie, comentarios sobre que estas prácticas van ligadas muchas veces a la homosexualidad están a la orden del día. Y no, no lo comparto. Y sí, he hablado con él muchas veces sobre si a mí me atraen mujeres o a él hombres. Es cierto que antes de estar juntos él me dijo que sentía curiosidad por el sexo con con hombres y que en su momento vio porno gay que según él no le excitó (estos son conversaciones que han ido surgiendo, nada que yo haya preguntado directamente o interrogado, ni siquiera en el momento en que me contó esas cosas estábamos juntos, éramos amigos).
Y claro, todo se me junta y me vuelvo tóxica para mí misma y me digo que quizás sí que tenga algo que ver y acabo dándole mil vueltas a algo que, por otro lado, nos gusta hacer y nos lo hace pasar genial.
Por favor, no me maten, solo necesito que alguien me de una visión diferente, o no, simplemente su opinión y trabajar conmigo misma para entender que no tiene por qué estar relacionado y que aún nos ( y me) queda mucho por avanzar.
Para acabar, comentar que es cierto que le pone muchísimo que juguemos con su ano de cualquier forma, pero que también le excita mucho jugar con el mío, el asunto va de culos, vamos.