Llevo años leyendo miles de historias por aquí, de esas divertidas que te van haciendo sonreír con cada frase, otras tristes o trágicas con las que sufres y te intentas poner en la piel de la autora. Esta vez la historia que vais a leer es la mía.
Crecí en una familia unida pero con problemas, problemas graves de maltrato, de alcohol y hasta las drogas hicieron y sigue haciendo presencia en parte de ella. A pesar de todo eso, he sido muy luchadora e intentaba tirar siempre con todo, ayudar a unos y a otros, hacer de niñera, responsable en la desintoxicación de las drogas de un familiar, cosa que nunca consiguió. Me preocupaba de que mis sobrinos no les faltará comida, ropa y todo eso lo llevaba sobre mi desde adolescente. Con el paso de los años me tocó dejar de trabajar y hacerme cargo de mis padres, ambos enfermos, los dos han fallecido pero el periplo que pasé durante esos años daría para un libro y no quiero aburriros, pero fue duro, muy duro, acabé peleada con el mundo, con hermanos, tíos, primos. Con unos porque no ayudaron en nada y se desentendieron de todo y con los otros por no para de juzgar como llevaba la situación sin ni siquiera preguntarme ni una vez en todos esos años como me sentía.
Ahora le temo a la muerte, a las enfermedades y es un miedo que no controlo. Cada vez que mi niña se pone enferma pienso que se me va a morir y es tan terrible esa sensación. En todo ese proceso he tenido siempre a mi lado a mi marido. Él es muy buena persona y muy trabajador, pero también es muy conformista, y a pesar de que ama a su hija no tiene autoridad con ella. Nunca se ha ocupado de la educación de nuestra hija, no sabe o no quiere y yo me pego la vida pidiéndole que se implique. Mi hija no lo respeta y a mi me da pena ver esa situación. Es un hombre que con poquita cosa es feliz y vive la vida en tono gris, para él nada es blanco o negro. No decide a donde salir, ni a donde ir de vacaciones, no me dice nunca lo guapa o fea que me ve, no me dice te quiero. Se que me lo demuestra con otros detalles con un desayuno en la cama, o estando a mi lado cuando lo necesito.
Pero llevar tantos años tirando de todo me está derrumbando y estoy en un momento que no puedo más. No puedo seguir cargando con todas las responsabilidades de la casa, la niña, los estudios, las salidas o las decisiones y a estas alturas de la vida dudo que él cambie. Lo amo pero ya no se como encaminar todo esto. Siento no expresarme como quiero, pero espero que con tanto batiburrillo entendáis algo de todo este testamento. Necesitaba mucho desahogarme