Hola churris! La verdad es que no es la primera vez que escribo aquí, hacía años que no lo hacía pero ahora estoy hecha un poco un lío y me parece buen momento para ver otros puntos de vista y opiniones. Os cuento e intentaré hacerlo lo más breve posible.
En la adolescencia tuve un amor, llamémosle Mario, que me marcó muchísimo. Fuimos amigos durante años, yo estaba enamorada de él y al final empezamos algo que duro un par de años y fue genial. Fue mi primera vez y me di cuenta de que me estaba enamorando «demasiado», así que como no veía que él sintiera tanto y por miedo al dolor, me alejé de él. Le borré completamente de mi vida sin más explicaciones.
Al tiempo conocí a otro chico que se enamoró locamente de mí, Javi, y a mí me gustaba, así que empezamos a salir. Con el tiempo me fui enamorando y bueno, hasta hace poco. Hace unos meses (4) dejé a Javi tras una relación de 4 años porque no me trataba muy bien y yo ya no podía más. En los 4 años de relación con J, Mario intentó ponerse en contacto conmigo. Al principio me buscaba desesperadamente, pues yo me había ido del país y le había eliminado de mi vida sin una explicación lógica (por aquél entonces era una niñata). Buscaba a mi hermano y le rogaba que me convenciera para hablar y cosas del estilo. Cuando se enteró de que había empezado con Javi, me deseó lo mejor y me hizo llegar el mensaje de que ya nunca volvería a molestarme.
Bien, pasaron los años y hace cosa de un año (estando yo con J) M me escribió por Instagram y con toda la curiosidad por cómo estaría y qué sería de él, le respondí. Me explicó que había cumplido su sueño, que había terminado el doctorado (él es 4 años mayor que yo) y que estaba en el extranjero viviendo su ilusión. Empezamos a hablar de vez en cuando y cuando mi pareja empezó a comportarse mal conmigo, él era mi hombro sobre el que llorar siempre (en la distancia ya que estábamos cada uno en un país extranjero). Volvimos a España más o menos a la vez y decidimos quedar. Estaba distinto pero sentí la electricidad que sentía siempre con él. Volvimos a vernos varias veces, siempre muy bien, pero nunca hablamos de lo que había pasado… Al fin y al cabo ya habían pasado años.
El caso es que hace unos meses dejé a Javi y Mario siempre estuvo para mí. Una noche salimos a cenar y al final de la noche, tras las copas, me miró a los ojos y me dijo «por qué te fuiste así? Sabes lo enamorado que estaba de ti? No sabes lo enamorado que he seguido todos estos años y lo que siento por ti». Me dejó a cuadros, yo le dejé porque se me estaba yendo de las manos y sentía que él no sentía lo mismo. El caso es que me besó y me preguntó si quería intentarlo. La verdad es que en todos estos años nunca me lo había quitado de la cabeza, pensaba mucho en él aún estando con mi ex… Pero eso? Eso no me lo esperaba para nada. Le dije que no estaba preparada tras una relación tan larga y que necesitaba tiempo. Él lo comprendió y hemos seguido hablando, ahora con el confinamiento me he dado cuenta de que pienso muchísimo en él y de que hablamos todos los días (cosa que yo quería evitar al principio).
Ahora me ha dicho que cuando todo acabe y de cara al año que viene, quiere irse de aquí a trabajar fuera. Y no sé qué hacer. No sé si seguir a mi corazón, dejarme llevar (cosa que en mis 25 años no he hecho nunca, siempre lo he querido tener todo bajo control) y que pase lo que tenga que pasar, o escuchar a mi cabeza y cortar esto aquí. Una parte de mí siente que la historia se repetiría y tengo miedo, después de todo lo que he pasado con mi ex (maltrato psicológico) de volver a sufrir.
En fin chicxs, esto es un rollo, siento mucho todo y os leo con ganas. ¿Qué pensáis? Gracias de todo corazón.