Buenas tardes a todas,
os escribo en un momento muy duro para mi y para mi bienestar emocional. Empiezo por el principio.
Mi padre es bipolar, diagnosticado desde que tengo 14 años… ahora tengo 33 y por el camino han pasado multitud de historias que no detallaré en profundidad pero la cosa empezó cuando mi madre, se dio cuenta de sus comportamientos y lo llevó al médico, después de unos años le diagnosticaron TB (trastorno bipolar).
Han sido años muy duros, antes del diagnóstico (y después), mi padre nunca ejerció como tal, la que se preocupaba por mi era mi madre en todos los aspectos. Con mi padre me limitaba a vivir bajo el mismo techo y a hacer las cosas que decía, porque siempre ha tenido muy mal carácter, es de esta gente que de puertas para fuera es modélico y para dentro lo contrario. No tengo muy buenos recuerdos de mi infancia y los que tengo ninguno está ligado a él. Era una figura de autoridad y nada más.
Con el paso de los años la enfermedad se hizo más cruda e insostenible, pese a medicarse y estar bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico, acabó por arruinar económicamente a la familia un par de veces en sus delirios y mi madre ha tenido que vérselas y deseárselas para que yo pudiera estudiar. Al fin, hace dos años, en el 2019, mi madre toma la decisión de separarse y dejarlo, superando después de ello una depresión muy oscura por la culpa que sentía por dejarlo.
En ese tiempo después de la separación, puedo decir que he sido el gran apoyo de mi madre, pero yo también necesitaba ayuda y era consciente de ello, por lo que acudí a un psicólogo. Con el paso de la terapia y tb conversaciones con mi madre… me (nos) hemos dado cuenta de que mi padre era un manipulador y un maltratador psicológico de forma habitual (y físico alguna vez)… aunque siempre le atribuimos todos sus comportamientos a la enfermedad, mi madre me ha contado cosas que no me contó en su momento por protegerme y ahora cada vez veo más claro que no todo era TB. Y mencionar las palabras que estoy escribiendo me cuesta un nudo en la garganta aun hoy.
Después de abrir los ojos, tomé la decisión de alejarme de él, no he cortado lazos a machete pero si que me he apartado mucho de su vida sin darle ningún tipo de explicación, porque ni las entendería, ya que el siempre es el «bueno» de la película, la culpa es nuestra y de mi madre especialmente que no lo entendimos nunca.
Hasta esta semana he estado genial sin tener noticias suyas, o apenas ninguna y sin preocuparme de sus historias y sus rollos, pero estos días me ha llamado un par de veces con la voz como rota, preguntándome que tal estoy y poniendo cualquier excusa para que le haga caso. Sospecho que quizá este entrando en una época depresiva… y la verdad, no quiero entrar otra vez en ese infierno y siento culpa. Culpa de querer vivir tranquila de una vez en 33 años, culpa de darme cuenta de que no le quiero, culpa por no estar con el si está mal ahora… pero por otro lado está la parte en la que pienso de que nunca se ha preocupado por mi, ni por mi madre y la vida junto a él por épocas ha sido horrible, y que le hubiera dado igual que yo estudiara o que estuviera debajo de un puente, porque a él solo le importaba tener su cochazo. La influencia de todo esto en mi vida es tal, que a día de hoy pese a estar en pareja desde hace 7 años, no me quiero casar por no verle la cara en la boda, ni que me tenga que llevar del brazo.
Estoy en bucle y siento que si le hago caso de nuevo, volveré a su espiral de manipulación y posterior desprecio, de esto estoy segura porque lo he vivido más veces y si no vuelvo, siento que lo estoy abandonando y que soy lo peor.
A mi se me hace mucha bola y a mi madre no se lo quiero contar porque está feliz por primera vez en su vida y no quiero que vuelva a estar mal por este ser, que le amargó la vida hasta los 60. Pero yo necesito consejos y alguien que lo vea desde fuera y me de su opinión.
Gracias a todas las que escribís de antemano, os agradezco de corazón que leyerais el tocho este, pero necesitaba contárselo a alguien.