No me interesa nadie que anteponga su ex a una posible relación conmigo, que acate chantajes emocionales y manipulaciones de manual o que no sea capaz de marcar límites.
No se me ha ocurrido a mí en la vida meterme en la nueva relación de un ex novio, rollo o lo que sea, y mucho menos si he sido yo la que no querido seguir adelante. Por el contrario he tenido que soportar impertinencias (persecuciones, empujones, estalkeos obsesivos o mensajes quijotescos por extensión y demencia) no solo de ex encaprichadas, sino también de nuevas parejas de mis propios ex, habiéndome mantenido siempre al margen. Misoginia ilustrada disfrazada de sororidad de postal.
Jamás he entrado en el juego de la provocación y he tratado de mantener mi línea de educación, respeto, elegancia y discreción. Hay que ser muy ruin para utilizar técnicas de saboteo con el fin de seguir manteniendo la atención de alguien a quien tú misma has descartado como pareja, al ser conocedora de que esa persona está de nuevo ilusionada. Huelga decir que no justifico lo pusilánime en ellos por permitirlo, disculparlo y en alguna ocasión, incluso retomar la relación.
Cada uno tiene en su vida lo que acepta que entre en ella. Yo como no acepto tonterías, no tengo nada a nivel sentimental, pero mi alma y mi conciencia están limpias como una patena.
Esta es una reflexión sobre un patrón que se ha repetido varias veces en mi vida. ¿Ocurre tan a menudo realmente o es que he tenido yo todas las papeletas?
#sindromedeljerseyviejo