Hola cariño, lo primero un abrazo muy fuerte.
Yo he pasado por dos abortos no voluntarios, aunque ninguno de los dos embarazos fue buscado. Físicamente lo pasé horrible unos días, y creí que ya estaba, pero no, lo peor viene siempre después. Una matrona me explicó que aunque tú no lo vivas como una «muerte» o «pérdida», tu cuerpo y tu mete si, pues se estaba preparando para cobijar un bebé, entonces tu cuerpo y tu mente entran en una vorágine tremenda de adaptación de «había algo, ahora ya no, preparo cuerpo,mente y hormonas y ahora ya no preparo nada», y todo eso juega muy malas pasadas. A eso sumale que llevamos muchos años de tradición católica y machista, donde sentir culpa es casi lo primero que se siente con casi todo, y mucho más si la decisión es no ser madre (en tu caso otra vez), porque es lo que llevamos milenios oyendo, las mujeres deben dar vida.
Decidiste lo más conveniente para ti, está bien, no te martirices, no te castigues, date tiempo, que tu cuerpo, tu mente y tus hormonas vuelvan a la normalidad. No vas a olvidar todo este proceso, como hay un millón de cosas que no has olvidado de las que has vivido estos años, y está bien no olvidar,pero trabaja la culpa, porque no la tienes, no has hecho nada mal, has sido responsable y muy valiente. Date tiempo, tratate bien, disfruta de tus hijos, escribe y saca lo que sientes, te hará sentir mejor. Todo pasará, de verdad, y lo recordarás, quizá con tristeza pero sabiendo que hiciste lo que creías que era lo mejor, y eso ya es suficiente. Un abrazo inmenso

Hola Emilu,

Lo primero darte también otro abrazo fuerte, decirte que eres muy valiente al expresar con sinceridad lo que sientes y con sinceridad te digo que estoy pasando por una situación similar- Ojalá en estos momentos pudiéramos compartir esto con quien está sufriendo lo mismo, porque se sufre y mucho, más de lo que jamás hubiera pensado.
En mi caso, me plantée ser madre hace más de 2 años (ahora tengo 40) tras dar infinidad de vueltas y sopesar los pros y contras, si bien es algo que tiene que nacer desde el corazón y no puede decirse de forma racional. Sin embargo es algo muy personal, y creo hay personas que tomamos la decisión de diferentes formas. en mi caso, no soy una mujer que haya querido y deseado ser madre, jamás he dicho que fuera mi sueño, siempre he tenido dudas en sí querría o no, si sería para mí, si me merecería la pena a mí, por como soy. He tenido una vida familiar difícil con desgracias que me han hecho ver el papel de mi madre como madre como una carga que le ha hecho vivir una vida que no es la que imaginaba. Tengo una hermana maravillosa con una discapacidad a la que he cuidado como una hija y sé la preocupación por su vulnerabilidad que me ha generado en la cabeza. Mi parte buena, he vivido como he querido, he estudiado, he viajado, he salido todo lo que he querido. Profesionalmente me siento muy realizada y tengo como pareja a un hombre maravilloso que me quiere y apoya pase lo que pase.
Bien, lo decidimos y en mi caso lo que me hizo intentarlo fue el proyecto de familia, la consolidación de la pareja y tener la familia que nunca tuve. después de tanto tiempo y un tratamiento fallido de fertilidad, pues ya no lo esperas. Y llegó y entonces me invadió un miedo como jamás he sentido, no quiero decir rechazo pero sí pensar que había hecho, que inconsciencia, esto es para toda la vida y por supuesto es irreversible. No sé si las hormonas me la han jugado pero el caso es que no he sentido alegría ni emoción, estaba muy agobiada, paralizada y no se lo quería contar a nadie, no sentía esa felicidad que sienten las mujeres embarazadas. Mi pareja al verme así, me dijo que a él le importaba yo y mi felicidad y que si no me veía y me sentía en el papel, que podía pararlo, que lo que no quería era que luego sufriera ya por algo que es de por vida. Entonces empezó un calvario de 3 semanas para decir si seguía o no adelante y era incapaz de saber cuál era la decisión correcta, incapaz. Veía más pegas y obstáculos a nuestra felicidad que otra cosa, me decía que me iba a pasar la decena de los 40 a los 50 criando, y que eso no acababa ahí claro ,que la preocupación es hasta el fin de mis días. Y me preguntaba si no era mejor mi vida como hasta ahora, siendo libre (cosa que aprecio mucho), haciendo lo que quiera, sin renuncias y siendo madre de otras formas (siempre he estado en cosas de voluntariado). Hemos sufrido y llorado mucho pero al final la decisión era mía y decidí pararlo. Porque pensé que era mejor arrepentirse de la elección de no tenerlo, que no traer a una persona al mundo sin estar segura con todo lo que implica. Han pasado pocos días, pero no paro de llorar, siento un vacío inmenso, siento que he sido cobarde, que he destruido un proyecto junto al amor de mi vida. De verdad, es imposible entender lo que le pasa a un así no lo pasas, nunca lo hubiera imaginado. Tengo amigas que han tenido abortos espontáneos y ahora las entiendo. No sé cómo decir que me gustaría apoyar y abrazar a todas las mujeres que han pasado por esto y sufren. Nadie quiere hacer esto nunca ni pasar por esto, por eso no se puede juzgar. Es muy duro Emilu, te deseo de corazón mucha fuerza y pensar que la decisión la tomamos con nuestra mejor intención y voluntad, pensando que era lo mejor. De nuevo, gracias por compartirlo,