Le conocí viviendo con sus padres, su madre le lavaba y planchaba su ropa y le hacía afeitarse y ducharse cada día.
Ella le dejaba todo preparado incluso su toalla limpia en el baño y la ropa que tenía que ponerse.
Hace ya casi un año que estamos viviendo juntos. Desde que vivimos juntos me he dado cuenta que él no sabe combinar su ropa cuándo se viste, y además le da igual ponérsela arrugada o sucia.
Yo me encargo de lavar la ropa,pero cada uno tiene que hacerse responsable de llevar su ropa al cubo de lavar, y planchar la suya o doblarla bien en el armario para no tener que plancharla.
Pues su armario parece un vertedero.
Ropa limpia y sucia amontonada y mezclada y toda ella arrugada por meterla de cualquier manera.
Cuando llega el momento de salir a dar un paseo con el, se pone una camiseta de vestir en color azul oscuro con un pantalón corto de chandal amarillo fosforito y unas chanclas de playa con las uñas de los pues que parecen mejillones y de color amarillo negruzco por no cortarse las uñas ni cuidarlas y tenerlas llenas de hongos.
Estuve meses insistiéndole en que fuera a la farmacia a que le dieran algo para los hongos y no hizo el tratamiento.
La mayoría de veces lleva la misma camiseta 3 o 4 días seguidos porqué le gusta y va repartiendo la peste a sobaco por donde pasa.
Le digo que está sucia y dice que no,que no tiene manchas, y tengo que perder 30 minutos en explicarle porque no puede ponerse esa camiseta.Igual que cuándo tengo que explicarle porqué no es normal ir a un centro comercial en chándal con 40 años.
Tengo que acompañarle a la ducha para que se duche. Es agotador.
Si no lo acompaño no se ducha jamás.
Hay que ir dándole empujoncitos hasta el baño.
La barba la lleva cómo un hipster. No es hipster, sólo que también hay que ponerse seria para que se la afeite una vez al mes.
Al final he terminado dándome por vencida ya que llevaba encima una carga de estrés importante. Pero el problema es que ahora salgo a pasear con él y tengo vergüenza ajena.
Parece un vagabundo, pero un vagabundo de verdad.
Entramos en una tienda y las dependientas nos hablan mal, vamos a cualquier sitio y nos vigilan por si vamos a robar algo.
Cuándo veo nuestro reflejo en el cristal de algún escaparate siento vergüenza porqué no pegamos. Parece que él se haya escapado de algún barrio chungo de estos de callejeros y me esté siguiendo para robarme el bolso.
Y entre eso y la forma de hablar, que cuanto más tiempo llevamos juntos más garrulo habla. Me habla a voces en medio de la gente y pone de excusa que es su voz, y habla muy basto. Y entre la cara de mala ostia que tiene siempre y esa forma de hablar a gritos parece un maltratador.
Para que deje de darme vergüenza ir con él debería yo dejarle preparada cada día la ropa que se tiene que poner y comprársela, y también meterlo en la ducha. Sería cómo tener un hijo prácticamente.
Me echa en cara que su madre nunca le ha dejado ir con la ropa arrugada y me insinúa que yo debería hacer lo mismo. Tengo muchas ganas de mandarlo a vivir con ella.
La mujer ya ni se aguanta de pie por los dolores de la cadera y no sé cómo se apañaran.
Yo tengo ganas de buscarme a otro porqué este da mucha faena. Y tampoco puedo vivir toda mi vida con una persona de la que me avergüenzo.
Eso sí, espero que el próximo no me engañe y me haga creer que es limpio y responsable para que después resulte que todo sea obra de su madre y el niño no sepa ni plancharse una camisa.