Hola a todas, tengo esta situación que expongo en el título, os pongo en contexto:
Yo a finales de abril rompí con el que había sido mi pareja durante casi un año,
me dejó él en realidad, y la verdad es que los motivos de la ruptura creo que no los sabe ni él, me decía una cosa, luego la otra, se contradecía a sí mismo… Pero vaya, que la cuestión era que ya no quería seguir conmigo y ya está, qué más dan los motivos al final.
Estuvimos todo el mes de mayo con contacto mínimo, no estuvimos con contacto 0 estricto porque tampoco veíamos la necesidad, en el sentido de que nos llevábamos bien y no había sido una ruptura «sucia», pero no nos veíamos ni nada, solo algún mensaje de «hola que tal» por whatsapp y algún meme tonto.
Hace una semana o así, volvimos a quedar por amigos en común, y pareció que volvíamos a conectar, hemos quedado 3 veces esta semana y nos volvemos a besar, nos hemos vuelto a acostar una vez, nos escribimos más seguido, etc. Yo no sé si esto es la antesala a volver a estar juntos o si es solo una especie de «despedida», la verdad es que me da igual, estoy bien y lo pasamos genial juntos, ese no es el problema.
El problema es que, mientras no estábamos juntos, se ve que le surgió la oportunidad de irse de mochilero por varios países de América del Sur, se va con una amiga y una chica que no conoce, compañera de trabajo de la amiga en cuestión, todo el mes de agosto.
Mi parte racional entiende que no estábamos juntos cuando esto pasó, que es algo que él ha querido hacer siempre, y que es una oportunidad que normalmente es difícil que surja. Y aunque hubiéramos estado juntos, tampoco soy la típica de decirle «no te vayas» porque como digo, entiendo que es una cosa que haces una vez en la vida.
Mi parte emocional, pues, llamadme celosa, posesiva o como os dé la gana, pero la verdad es que me jode (y mucho) que se vaya un mes de viaje con dos «amigas», y sé que no hay nada entre él y su amiga, la conozco de cuando estábamos juntos, y además también sé perfectamente que si realmente quieren acostarse, salir juntos o lo que sea, no tienen que irse a la otra punta del mundo para hacerlo, con lo cual dudo mucho que hayan organizado todo esto para poder tener algo.
Es más que nada, pensar que durante un mes no voy a verle, y no solo eso, que mientras yo estoy en casa esperando que me escriba, él estará por ahí pasándoselo de puta madre con su amiga… Y me duele pensar eso. Él me dijo que si quería que le podía decir a su amiga que yo también me apuntaba, pero yo trabajo, aunque aprecié mucho su intención de incluirme.
Y pues eso, si realmente toda esta «reconexión» va en dirección volver, yo tengo la puerta abierta, pero es que es pensar en ese viaje, y me dan ganas de no saber nada de él de lo mucho que me duele.
No sé qué hacer, sé que si le digo que no quiero saber nada de él por un viaje me voy a arrepentir, porque me habré cerrado una puerta que puede durar y me puede hacer muy feliz, a cambio de algo que dura un mes realmente, que tampoco se va a vivir allí.
Por otra parte, si realmente me dijera de volver, no me siento yo con ganas de empezar otra vez con alguien que tiene este viaje en mente, se supone que cuando empiezas una relación (sea segunda parte o no) es cuando más quieres estar con tu pareja y es la etapa más bonita, y me jode pensar que me voy a «perder» parte de esa etapa porque él va a estar a miles de kilómetros de mí durante todo un mes.
Me dan ganas de decirle que si quiere lo hablamos cuando vuelva, pero tampoco creo que haga mucha diferencia a nivel práctico, si vamos a seguir viendonos y tal, pero sin hablarlo, es absurdo.
Perdón por el tostón pero de verdad que necesito consejos.