Me parece que es una cuestión de actitud y de quererte a ti misma. Suena a tópico pero es así. Yo también fui la gorda y en el instituto no ligaba, en parte por mi timidez y en parte porque me cansaba de ser la aguanta velas y me iba o directamente no aparecía en las fiestas. De nuevo cosa de actitud, podría haber ido y habérmelo pasado bien aunque fuera bailando o riéndome con quien pasara, sin esperar ligar con nadie. Luego adelgacé tanto que llegué a enfermar y curiosamente se me acercaba mucha más gente pero yo estaba tan mal, tan vacía, tan gris… Que la gente me la soplaba y tampoco fui feliz. Me utilizaban como a una muñeca y a mí me daba igual porque no me quería nada (de nuevo, el amor propio). Eres muy joven, primero aprende a quererte a ti, las parejas van y vienen, cuando ahora miro atrás veo que no me fue tan mal como yo sentía en aquel momento y aunque a veces todavía digo que no ligaba tanto como quería, luego me paro a pensar y es que no hace falta agarrarse a todo lo que se mueva, igual que yo no siempre gustaba, a mí no me gustaba todo el que se me acercaba y está genial decir que no. De eso sí que estoy orgullosa. No desesperes.
Nunca soy lo suficiente para nadie
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NoeliaInvitadoResponder
Te voy a contar mi experiencia.
Yo también era el patito feo de la clase y todo el mundo se metía conmigo, en mi caso porque estaba demasiado delgada.
Mis amigas (dos de ellas acomplejadas por tener kg de más) no paraban de repetirme que debía comer más, que daba asco. No solo eso, llegaron a insinuarme en varias ocasiones que podía tener retraso mental y me repitieron hasta la saciedad que los chicos no se fijaban en mí porque me conocían como persona y se echaban para atrás.
Una vez un chico se metió de por medio en mi coro de amigas y me recordó que aquello no era una reunión de monstruos. Tal cual.Cuando por fin empecé a desarrollar, los chicos se fijaban más en mi aspecto, pero ninguno se quedaba conmigo. En mi interior no paraba de repetirme a mí misma que ocurría algo muy malo con mi forma de ser. Veía a mis amigas gordas, normalitas, flacas, más guapas, menos guapas todas encontrando posibles parejas, menos yo.
Hasta que un día mi ex se fijó en mí y dio la casualidad de que nos hablábamos mucho por messenger. En una de las conversaciones me encendió la bombilla: «Por escrito pareces una persona diferente y en persona estás como apagada».
Realmente lo que estaba ocurriendo era que por escrito mostraba más seguridad en mí misma, era más yo, pero en persona mi baja autoestima se apoderaba de mí y el mismo pánico de no gustar conseguía que nadie se fijase en mí porque era yo la que no les daba la oportunidad de conocerme.
Entonces empecé a trabajar mi autoestima con mucho esfuerzo y poco a poco fui trabajando el miedo a ser yo misma, a brillar. ¿Qué ocurrió? Que la persona que no veía nadie de repente se convirtió en una que atraía a muchas personas. A muchas otras no les gustaría, pero para tantas otras sí que fui sintiéndome querida por ser yo.
Plantéate de verdad hasta qué punto te puedes estar saboteando a ti misma por sentirte insuficiente. Y date cuenta de cómo la gente sí que se fija en ti aunque estés gorda (que menuda chorrada) y se da cuenta de que eres estupenda, pero les falta la chispa de alguien que sí que se quiere o quizá te falta a ti el amor propio que se necesita para poner filtros anti-gilipollas antes de que lleguen a ser algo en tu vida.
Mi mejor consejo es que te olvides de novios durante una temporada y te trabajes ese amor propio desde los cimientos. Y que te lo trabajes hasta sentir que no necesitas ningún tipo en tu vida y que estás muy bien sola.
Ya verás cómo queriéndote y no necesitando a nadie, siendo tú, entonces, llegará una persona sin que siquiera te lo propongas.
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