Hola, de nuevo. Ya es la tercera vez que escribo en el blog, pero la primera que lo hago en este subforo. Y es que esta vez más que opiniones o respuestas, quisiera contar cómo me siento.
Soy una chica que siempre ha llevado relaciones a distancia de todo tipo, no hay mucho que explicar allí, es lo que he hecho desde muy joven gracias a los videojuegos y juegos de rol. Nada de lo que ocurre en el medio es secreto para mí, he estado bastante y por eso mismo sé que el amor de esta forma es complicado. No voy a decir que no creo en él, porque conozco miles de historias de vida, pero sí que sé que, al menos, por ahora no es lo que quiero. Sin embargo, inconscientemente no dejo de buscarlo (quizá por el hecho de sentirme sola) pero cada vez que conozco a un nuevo chico, algo le veo.
La cosa es que desde finales del año pasado conocí a un tipo por Twitter. Un típico fuckboy, player, como quieran llamarle. Definitivamente no mi tipo (y espero que el de ninguna). Por alguna razón, en ese entonces pensé que era su «sinceridad», me llamó la atención. ¿Para qué negarlo? Me hizo sentir cosas que no había sentido antes. Y sí, me permitió abrirme a él en el ámbito sexual. Pero en el fondo siempre supe lo que era. Otro imbécil manipulador.
Por todos estos meses le he seguido el juego pero nadie más que yo ha salido lastimada. Eso de los amigos con derecho no es lo mío. Me apego fácilmente. No voy a decir que lo amé, porque nunca lo hice, pero sí le desarrollé cariño y me preocupaba por él. La cuestión es que él siquiera nunca me dijo su nombre. Pero por ser como soy, con la info que me dio, lo busqué en internet y sé quién es, lo he mirado en Instagram (incluso ha publicado fragmentos de nuestras conversaciones tirándoselas del más chulo) y creo que cometí un error al hacerlo. Con eso me encapriché más rápido y se nota que él no le importan los sentimientos.
Como nunca acordamos tener un compromiso ni nada por el estilo, esto no estaría mal, de no ser que constantemente me decía que me quería y desearía que estuviese a su lado. Pero sólo eran palabras. Y no sé cómo caí en ese jueguito. Vuelvo a decirlo, mis sentimientos hacia él siquiera son los de una chica enamorada, porque al no conocer su nombre, no sé nada más de su vida. Aún así cuando alguien te dice que te quiere y te hace ese tipo de comentarios, es imposible pasarlo por alto. Se nota que para él todo esto fue sólo un capricho y yo no quise aceptar que era un imbécil sino hasta ahora, cuando ya ha jugado conmigo. Y eso me ha sentir pésimo. Todo hubiese sido más fácil si nunca me hubiese dicho tales cosas. Porque literalmente era algo que me decía una semana sí y a la otra semana se desaparecía. Luego supe que hace lo de «las migas de pan».
Realmente no entiendo que maldita necesidad la suya de haberme dicho mentiras. Sólo quisiera saber porqué.
Ya pasada la historia y un poco superado el asunto, estoy esperando el momento oportuno para eliminarlo de mi Twitter y de otras redes. La cosa es que mientras entraba a Instagram el otro día, sin querer he picado al perfil de su búsqueda y recién publicó una conversación con un tío pregonando que «una chica acababa de pedirle que se la cogiera por el c*lo». Así de sencillo ha vuelto a cazar y no puedo más que sentirme asqueada, realmente asqueada. Y como con él me abrí sexualmente de una forma que no había hecho antes, hasta me quita las ganas de masturbarme…
Al final me ha salido algo largo. Pero la verdad agradezco a las que se tomen la molestia de leerme y me dejen algún comentario.