Quizá me salga un poco de la tónica del foro, pero como persona creyente -cristiana católica-, te hablo de mi experiencia. No sé qué rama del cristianismo sigues, tampoco las conozco todas súper al detalle y solo te hablo de mi experiencia personal, única y personal. Me encantaría poder ayudarte con ella y, si quieres hablar más del tema, aquí estoy para ello. :)
En primer lugar creo que la fe y la pertenencia a una religión, sea cual sea, tiene que ser voluntaria, siempre. Las creencias no deben ser una obligación y no deberían generarte una presión adicional para vivir tu vida en la forma en la que quieres, porque probablemente, si vas al dogma y a la doctrina y no te sientes identificada con ella, quizá no sea para ti -ya sea la religión o la rama. En mi caso, siendo católica he tenido varias crisis religiosas en las que me he planteado si lo que creía era para mí, pero hay dos cosas que siempre siempre me hacen volver: la fe es un regalo que Dios me ha dado y el cual yo elijo, y Pedro, que negó 3 veces a Jesús, fue elegido como roca sobre la que fundar la Iglesia.
Soy humana y me equivoco, me voy a seguir equivocando y probablemente vaya a tener otras crisis a lo largo de mi vida, pero lo que me aporta la fe es mayor que cualquier otra cosa.
Durante mucho tiempo estuve alejada de la Iglesia y hacía muchas cosas reprobables por la comunidad cristiana y católica -especialmente con el sector más tradicional que es al que pertenezco y con el que me identifico. Yo pensaba que hacer ciertas cosas como emborracharme cada fin de semana, acostarme con desconocidos (y usarlos o que ellos me usasen a mí), maquillarme y vestirme para gustar y estar guapa, etc., me empoderaba y me hacía sentir bien, pero la verdad que cada vez necesitaba más y nunca terminaba de sentirme bien. Poco a poco me fui alejando de ello y, lo cierto es que trabajar en mí y mi autoestima me ayudó a entender cómo yo solamente buscaba la aprobación de los demás haciendo muchas de esas cosas. La fe me ha ayudado a tener más mesura en mi vida y poder disfrutar de lo que me gusta sin hacerme daño a mí, ni a los demás.
Yo me maquillo, me pongo ropa que me gusta y me siento guapa pero el problema es cuando caes en la vanidad, el consumismo o para inducir lujuria en otras personas -Santo Tomás de Aquino se pronuncia sobre el tema del maquillaje por si quieres echarle un ojo. En este sentido más allá de provocar o no provocar un sentimiento/reacción en los demás, me rijo más por el sentido de modestia, sencillez y humildad, puesto que pienso y siento que tener esas tres cualidades interiores se reflejan exteriormente en la forma en la que vestidos y actuamos, así que trato de vivir en consonancia con ello.
Sobre beber alcohol, yo bebo alcohol cuando voy a cenar fuera por ejemplo, quizá pida una copa de vino blanco o una cerveza. En general no está prohibido el alcohol, lo que está prohibido es su abuso. Si no puedes controlar lo que bebes, si has sido alcohólico, si hay delante personas que han sido alcohólicas, si vas a conducir o si tienes que tratar grandes responsabilidades (al trabajar, por ejemplo), son situaciones en las que deberías moderar tu ingesta o no tomar directamente, pero está un poco sujeto a criterio propio.
El Papa Francisco lo dijo muy bien «el cristiano no puede juzgar a nadie, ya que el único que puede hacerlo es Dios, no debe criticar, hablar mal, de los otros y tiene que ser dócil y caritativo», por eso para mí, el problema no es la crítica que hacemos de forma constructiva para alertar al otro de una posible equivocación, el problema es cuando el juicio lo guía el orgullo, es malicioso y condeno a la persona sin amor.
Puede que yo misma esté fallando a mi fe, quizá sí, yo no siento lo mismo, vivo en consonancia con lo que creo, pienso y siento, pero siempre habrá alguien que no esté de acuerdo con lo que haces, de eso no nos libra nadie. Lamento mucho que te sientas así y espero que puedas encontrar tu camino, recuerda que hay muchas formas de entender la fe y vivirla y lo único que puedo decirte es que leas y hables con otras personas externas a tu círculo religioso que te puedan proporcionar otros puntos de vista para que puedas saber en qué lugar te sientes cómoda.
Creer no debería ser una obligación, ojalá nunca lo sintiéramos así.
Cuídate.