Para estas lectoras, tres sí son multitud. Sorprendentemente en el sexo no sólo cuenta la intención, a veces la ejecución o las circunstancias pueden provocar malas experiencias. Eso es lo que le ocurrió a estas chicas que han compartido con WeLoversize sus fails en cuanto al ménage à trois se refiere.

  • Mi novio me dejó porque yo fui capaz de correrme con otra persona

Mi novio de por aquel entonces llevaba mucho tiempo queriendo hacer un trío. Le molaba mucho la idea desde que se enteró de que yo era bisexual y que había estado con alguna mujer. Como soy bastante liberal en todo esto y no me considero celosa, acepté, pero sólo si encontrábamos a alguien que nos molase a los dos.

Nos descargamos Tinder especificando en la descripción del perfil que eramos una pareja que quería hacer un trío. Tras mucha peña turbia, conocimos a una chica muy mona que vivía cerca y a la que le había molado la idea.

La invitamos a casa y cuando estábamos al lío, a mi novio se le bajó. Paramos, ella se fue, y él me dejó. Dijo que no podía creer que yo fuese capaz de correrme con otra persona que no fuese él. ¡PERO SI PROPUSO ÉL LO DEL TRÍO!

  • Cuando llegué al local me encontré a mi hermano.

Vivo en una ciudad muy pequeñita, así que la idea de montarme un trío estaba descartada. Llevaba tiempo buscando alguna pareja pero o les conocía de vista o no me inspiraban confianza. El caso es que un día vi un anuncio en el periodico y les mandé un WhatsApp. Era una pareja joven, de unos 30 años, y por cómo hablaban me hicieron tilín. Cuando hubo algo de confianza, nos mandamos una foto. Ella era guapísima, pelirroja y gordibuena. Él tenía pintaza de empotrador. Yo nunca había estado con una chica, pero me ponía mucho todo esto.

Me propusieron quedar en un local de swingers, ya que yo vivía en casa de mis padres y ellos tenían hijos. Me pareció bien. Ese día contrataron a una niñera y quedamos en el local.

¿Dónde está el fail? Pues que cuando llegué al local me encontré a mi hermano. Se me quitaron las ganas de tríos, duos y monos por un año.”

  • Al final mi papel fue de mamporrera. Acabé sobándoles mientras se lo montaban.

Todo empezó cuando en una fiesta de la universidad, comenté que me gustaría montarme un trío. Una compañera de clase me escuchó y a las 5 de la mañana, que ya iba bastante pedo, vino y me dijo que ella y su novio querían hacer un trío y que si me molaba la idea. Me pareció fetén, ella era atractiva y al novio le conocía de vista y no estaba nada mal. Acepté.

La siguiente semana quedamos y cuando llegué a la casa en cuestión, ella estaba tensa. Le dije que si se arrepentía podíamos parar y que si en cualquier momento se sentía incómoda lo dijese. Me dijo que no, que todo bien así que seguimos.

Fui al baño a ponerme “cómoda” mientras ellos esperaban en la habitación supuestamente poniéndose a tono. El caso es que de repente llaman a la puerta del baño. Abro y es ella.

Me dijo que fuese ya, pero que no me lo currase mucho porque no quería que su novio viese que otras chicas follan mejor que ella. Flipé. También me dijo que nada de besar a su novio. Pos ok, comerle la polla sí, pero los morros no… De locos.

Debí haber huído por patas, pero seguí. Al final mi papel fue de mamporrera. Acabé sobándoles mientras se lo montaban. Qué triste. Menos mal que desde entonces he madurado.

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