Viajar y amigas. Plan perfecto, compañía perfecta. ¿Qué podría salir mal? Pues por raro que parezca: TODO. Antes de empezar a organizar un viaje con amigas hay que tener en cuenta algunas cosas.

En primer lugar hay que asegurarse de que el grupo elegido para iniciar esta aventura es el adecuado. Puede que tengas unas amigas a las que adoras, pero no es lo mismo quedar un par de días a la semana para charlar y arreglar el mundo que pasar 24 horas juntas unos cuantos días.

En caso de que tengáis el grupo decidido, es muy importante tener claro que os tocará a todas y cada una ceder, ceder y ceder. Practicar la transigencia, la paciencia, el respeto y no olvidar nunca que estáis de vacaciones y no debéis crisparos por nimiedades de esa convivencia transitoria.

Si tenéis claras estas puntualizaciones y decidís poner rumbo a esa escapada, todas viviréis alguna de estas situaciones en un viaje con amigas:

  1. Elegir el destino y cuadrar en fechas puede convertirse en una odisea. Una querrá un destino de playa, la otra de montaña, otra con monumentos, otra donde haya festivales y otra se acoplará perfectamente a lo que decidáis las demás. Costará, pero al final encontraréis un punto intermedio y una fecha en la que ninguna tenga bautizos, bodas o comuniones.
  2. Si habéis pasado esta primera prueba, las siguientes serán coser y cantar. En todos los viajes de amigas hay una ventaja en la organización y es que planearéis el contenido de cada maleta de forma conjunta. Así una lleva la plancha del pelo, otra el secador, otra la pasta de dientes, otra el acondicionador y, por supuesto, los complementos que os podréis rotar.
  3. De cada viaje de amigas saldrá una Banda Sonora Original que lo represente y con la que después lo recordaréis de forma todavía más vívida. Generalmente cada integrante del grupo en su día a día escucha música totalmente diferente; Indie, Pop, Rock, la que solo escucha la radio…Pero en un viaje de amigas la tónica general será poner una lista del reguetón o pachangueo del momento y todas os contagiaréis las ganas de bailar y el buen rollo. Aunque habrá alguna amiga que peque de poner en bucle la misma canción y acabéis teniéndola en la cabeza todo el viaje. 
  4. Para viajar con amigas lo más cómodo es alquilarse un apartamento, y en caso de hacerlo así hay unas cuantas cosas que todas viviréis: las duchas serán de 5 minutos y a la pobre que le toque de última posiblemente lo haga ya con agua fría. La compra que hagáis no pasaría los filtros de Carlos Ríos…realfooders, realfooders esos días no vais a ser. Habrá la típica que siempre tenga que tener todo impoluto y su antítesis que pase de todo. La que tiene el armario ordenado y la que no deshará la maleta en todo el viaje.
  5. El vestuario será comunal. Al menos si tenéis la suerte de compartir talla, y de no poder ser la ropa lo serán los complementos, zapatos, bolsos…Cada día os pondréis los modelitos que llegaron en una maleta que no llevaba vuestro nombre. Es el momento ideal para ponerte el vestido que tanto te gusta de tu amiga.
  6. Cada una tendrá un papel en el grupo viajero. La tesorera que se encargará de llevar el monedero en el que tenéis el bote común. La guía, que tiene una orientación fabulosa y si no siempre tira de maravilla del Sr. Google Maps. La que lleva el botiquín en el bolso, si os duele la cabeza tendrá ibuprofeno, si os salen ampollas tendrá Compeed, no falta el Fortasec, el Paracetamol o los Tampax. La que siempre tiene que parar al baño. La que propone siempre parar a descansar tomando una cervecita o la que quiere ver todos los monumentos de la ciudad.
  7. Las noches de fiesta de viaje serán inolvidables y cuando el bote común llega a su fin y con él la hora de volver a “casa” viene el mejor momento del día. La recena. Esa en la que alguna mezcla los ingredientes más variopintos, otra se hace un sandwich y otra incluso se arriesga a hacer unos huevos fritos. En todo caso, a esas horas, todo sabe a gloria, os ponéis a repasar todo lo acontecido durante la noche y las risas son incesantes.
  8. Ocurrirán cosas malas, al menos imprevistos que trunquen en algún momento puntual vuestros planes. Pero con el paso del tiempo será la anécdota más narrada del viaje y hasta se convertirá en algo de lo que os reiréis siempre.
  9. Fotos, fotos y fotos. Querréis inmortalizarlo absolutamente todo. Desde los platos de comida exóticos que probaréis, hasta el cóctel más bonito que te beberás en tu vida. Pero sobre todo, lo que queréis que no se os olvide jamás y plasmarlo en una instantánea es la sonrisa y las risas que estáis viviendo esos días.
  10. La vuelta siempre es un poco amarga. A diferencia del estado de ánimo con el que iniciabais el viaje, que era pura euforia, ahora os embarga la nostalgia y os parece increíble cómo volaron esos días que habéis vivido juntas. Y volvéis a casa con una sensación magnificada de vuestra amistad y deseando volver a repetirlo cuanto antes.

Y siempre recordaréis ese debate por cuánto poníais de bote; esa discusión por comprar vino o cerveza; esa tarde en las que ibais a hacer turismo y os la pasasteis en una terraza de cañas; esas noches bailando hasta el amanecer; esas croquetas quemadas a las 7 de la mañana antes de dormir; esa canción que será símbolo oficial del viaje; cuando os perdisteis de la ruta establecida pero no pasó nada porque perderse tan solo resultó disfrutar de otro camino que no ibais a conocer. Y lo hicisteis juntas, y eso bastó para que fuera perfecto.

Marta Freire