Abordar este tema tiene que ver, a menudo, más que con el control de la dieta y las calorías, con valores que nos relacionan directamente con los animales. Y aunque eso es un tema que me encanta, no es el que pretendo tratar en esta entrada, sino directamente los beneficios que podemos llegar a obtener reduciendo el consumo de carne.

Bien es cierto que el ser humano es un ser omnívoro, que viene a significar que somos tan capaces de ingerir carne como elementos vegetales. Y también lo es el hecho de que la dieta humana, o al menos la de la mayoría de humanos que conozco, tiene mucho que ver con la carne. Es más, si pensamos en la gastronomía española, muchos platos contienen carne.

Y no digo que eliminar el consumo de carne sea lo suyo, cosa que queda al criterio de cada uno, sino que rebajar su uso trae beneficios tales como los siguientes.

  1. Es evidente que si comemos menos carne, tendremos que comer otra cosa para suplir esa cantidad de un elemento que estamos reduciendo. Si esta oquedad en el plato la cubrimos con verdura con alto contenido en proteína, por ejemplo brócoli o espinacas, no solo estamos cumpliendo nuestro objetivo de reducir el consumo de carne, sino que no estamos eliminando la proteína de nuestra dieta y, además, estamos reduciendo la cantidad de calorías que ingeriremos.
  2. Mejoraremos las digestiones y, por lo tanto, reduciremos esa sensación de fatiga que se siente directamente después de comer, especialmente si la cantidad ha sido grande en comparación a nuestra costumbre.
  3. Reduciendo el consumo de carne roja, concretamente, disminuiremos las posibilidades de sufrir de gota, enfermedades cardiovasculares o cálculos renales.
  4. En el aspecto ecológico, según Greenpeace, para producir un kilo de carne de vacuno son necesarios entre siete y diez kilos de pienso y hasta 15.000 litros de agua. Además, la explotación de ganado hace que se incrementen las emisiones de metano a la atmósfera y la contaminación por fertilizantes también es más notoria. Esto se reduce en que, básicamente, si entre todos comemos menos carne, estamos cuidando nuestro planeta.
  5. No le temas a extrañar algunos platos, pues no es que siempre puedas recurrir a comerlos si quieres, que también, sino que a día de hoy hay un sinfín de alternativas veganas y vegetarianas que te harán esto más llevadero.

Ante todo, llevar una dieta sana y equilibrada es primordial. Y para ello, nuestra querida y amada dieta mediterránea es muy top. ¿Y por qué? Porque sí, aboga por el consumo de carne, pero también de pescado, frutas, verduras y cereales, entre otros. Al final, se trata de reeducar a nuestro cuerpo para que obtenga lo que necesita de más fuentes que no sean solo la carne. Así que, si este tema de rondaba la cabeza, ¡espero que estas respuestas te hayan ayudado!

 

@eva.yummytoo