Me encanta el gazpacho. Bueno, no es que me guste, es que tengo una adicción importante. Raro es que vaya a un sitio en el que tengan gazpacho en la carta y no me lo pida. Y es que parece mentira, que un plato tan bajo en calorías, tan fácil de preparar  y tan sano, esté tan rico. Para mí, es uno de mis platos estrella y un comodín perfecto, sobre todo, ahora que hace calor y apetecen platos fresquitos y ligeros para comer.

Pero lo mejor del gazpacho es lo bien que combina y la cantidad de formas en las que lo podemos preparar. Aquí van mis versiones favoritas:  

No os pongo recetas concretas de cada gazpacho, ya que todos se hacen con las misma base y a cada cual, le gusta de una manera. Esta es la que más me gusta a mí:

Ingredientes:

1 kilo de tomates rojos.

½ medio diente de ajo.

½ pimiento verde.

1/3 de cebolla.

2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra.

1 cucharada de postre de vinagre.

Sal al gusto.

Preparación:

Una vez preparados todos los ingredientes, lo pasamos por el vaso americano hasta que nos quede una consistencia homogénea y lo metemos en la nevera a enfriar. Loverconsejo: Si no tenemos tiempo para enfriarlo, siempre podemos triturar unos cuantos de hielos junto con los demás ingredientes.

Pd: Como veis, no le pongo ni pan ni mucho aceite, así consigo que sea lo más ligerito posible. Pero si un día queréis daros un capricho, podéis ponerle un poco de pan y un par de cucharadas más de aceite.

De  albahaca: Descubrí este inventazo en un restaurante, en el que ponían una bola de helado de albahaca, como acompañamiento del gazpacho. Maravilla pura. Pero si lo que queremos una versión más ligerita, lo ideal es hacernos con una buena plantita de albahaca fresca y añadir al gusto en el momento de triturarlo todo.

De remolacha: Debido a su alto contenido en hierro y sus propiedades anticancerígenas, suele ser el tipo de gazpacho que más preparo. Ya que la remolacha tiene un sabor muy potente, os recomiendo que si queréis que no sepa sólo a remolacha, no añadáis mucha cantidad. Yo suelo usar lo justo para darle ese toque dulzón.

De fresa: Otra versión riquísima para los que nos gustan los frutos rojos. A diferencia de la remolacha, hay que echar una buena cantidad de fresas para conseguir un sabor óptimo. Y si ya queremos morirnos de amor, podemos añadirle como toque final unas hojitas de hierbabuena.

De cereza: Tengo la suerte de que cada año, puedo acercarme al Valle del Jerte a por cerezas o suelo tener gente que me trae unas cuantas, para hacerme mis inventos. Pero si hay una manera en la que me gusta prepararlas, es en versión gazpachera. Si no tienes reparo en deshuesar unas cuantas, (entiendo que a veces es un tostón) os aseguro que el esfuerzo merecerá la pena. Loverconsejo: Si quieres potenciar aún más la mezcla, os recomiendo sustituir el tomate normal de la base, por tomate Raf: Brutal.

De sandía: Es ideal para el verano, ya que la sandía en esta época la podemos encontrar en cualquier sitio y con una calidad buena por poco dinero. Además,  es casi todo agua e hidrata que no veas. A mi esta versión me encanta tomarla muy fría, casi granizada.