Es difícil pararse a pensar cuando tienes ganas de llevarte algo a la boca. Tu cerebro te pide que ese algo además sea bien rico, y calórico, y grasiento. Así que ejercicios como este nos vienen genial para ser un poco más conscientes de lo que estamos haciendo. Aquí varios ejemplos de lo que supone meterte al cuerpo 200 kcal y sus equivalencias. No se tienen en cuenta el tipo de calorías (grasas, hidratos de carbono y demás), pero podemos ver claramente cómo cunde mucho más zamparse medio kg de zanahorias que una triste salchicha.