¿Cuántas veces a lo largo de nuestra vida nos ponemos las mujeres a dieta?, ¿un par de veces al año?, ¿cada 7 de enero con el Roscón de Reyes aún en la boca?, ¿unos meses antes del verano?, ¿siempre?, ¿nunca?. Si fuéramos capaces de llevar una alimentación sana y equilibrada y compaginarla con ejercicio de manera regular tendríamos mucho ganado, pero la mayoría de nosotras no sólo llevamos unas vidas ajetreadas que nos hacen muchas veces comer y cenar a deshoras, si no que además somos incapaces de privarnos de los caprichos. Los turrones en Navidad, las cañitas en terrazas en verano, las torrijas de Semana Santa, y un largo etcétera de cosas que sabemos que no deberíamos engullir pero que no podemos evitar. Y es que hay cosas que están buenísimas, yo soy incapaz de cambiar un plato de pasta por unas judías verdes, o un buen solomillo por una pechuga de pavo…
Cuando nos ponemos a dieta no podemos dejar de ver un montón de comida rica a nuestro alrededor, es como si nunca hubiera estado ahí y apareciera entonces para recordarte que, por mucho esfuerzo que hagas, siempre vas a estar pensando en la comida que engorda. Porque como dijo Roberto Carlos, ‘Todo lo que me gusta es ilegal, inmoral o engorda’. Qué más quisiera yo que disfrutar con un puré de verduras como disfruto con unos canelones… Pero no, una dieta requiere esfuerzo, paciencia y sobre todo muchas ganas, porque por más que te empeñes en hacerla, si no estás motivada no lo vas a conseguir. Y también requiere tiempo, una dieta en la que pierdes kilos de manera rápida sólo te garantiza que vas a volver a ganarlos de la misma manera. Una dieta es una carrera de fondo, no un sprint.
Además, a la hora de ponerse a dieta hay que saber qué necesidades tenemos. No es lo mismo querer perder un par de kilos, querer reducir tripa, necesitar bajar 15 kilos o simplemente querer volver a entrar en esos ‘pantalones reto’ que guardamos en el fondo del armario. Para ponernos a dieta tenemos que empezar por saber cómo llevar una alimentación sana y sobre todo tenemos que consultar con un especialista, porque la misma dieta que le funciona a mi madre o a mi amiga no me tiene por qué funcionar a mí…
Sin embargo, muchas veces por pereza, otras por desconocimiento, otras simplemente porque somos gilipollas, muchas de nosotras nos engañamos con la dieta, y nos contamos mentiras a nosotras mismas para evitar sentirnos culpables o para intentarnos convencer de que, aunque nos hayamos saltado la dieta, estamos haciendo lo correcto.
– Hoy me he pasado comiendo a la hora de la comida, esta noche no ceno. ¿Cuántas veces hemos oído eso de que hay que comer 5 veces al día?, saltarnos la cena no va a hacer que adelgacemos, y mucho menos va a compensar lo que nos hemos pasado a la hora de comer…
– De lunes a jueves como súper sano, pero los fines de semana me pongo fina a cerveza, copazos, patatas bravas y pizza los domingos. Muy lógico y razonable, si señor. Y sobre todo sano, y efectivo…
– He cambiado el pan normal por el integral, y la mantequilla por la margarina. Como a esta nueva ‘dieta’ no le añadamos algo más de esfuerzo, no va a servir absolutamente para nada…
– Hoy como ensalada, que es muy sana, pero César, con su salsa, ahí bien de engorde… Que si, que está muy buena, a mí también me gusta más que unas míseras hojas de lechuga con tomate y cebolla, pero esa salsa y ese pollo rebozado no nos van a hacer perder ni 200 gramos…
– Tengo antojo de pizza, me la hago de verduras, o sólo de pavo, que así engorda menos… No le falta razón a esto, obviamente una pizza así engorda menos que una de bacon o peperoni, pero eso sería totalmente cierto si la base, el tomate frito y el queso fueran de dieta… Mejor unas verduras a la plancha, o un filete de pavo…
– Hoy me salto la comida en el trabajo… Cuando llegues a casa por la noche vas a tener un hambre que te vas a querer comer hasta los azulejos de la cocina…
– Voy a basar mi dieta durante unas semanas en batidos y chocolatinas dietéticas con 0,00 calorías… Mmmmm, sanísimo, el que diseñó la Pirámide Alimentaria debe estar revolviéndose en su tumba, porque con ‘dietas’ como ésta le hemos matado seguro…
– Hoy de postre macedonia, que es muy sana, pero con azúcar, o mejor nata montada, que está más rica…
Por desgracia para todos, y para las que tenemos metabolismos cabrones más aún, todo en esta vida engorda. Si me apuras, hasta el agua engorda, así que dejémonos de gilipolleces, de jugar con nuestra salud y con nuestro cuerpo, y si queremos hacer una dieta vayamos al nutricionista, que es la persona que mejor nos va a poder asesorar. Y si no al menos intentemos comer un poco más sano, manteniendo una dieta equilibrada, evitando comer muchos hidratos, prescindiendo de los fritos, aumentando las cantidades de fruta y de verdura y disfrutando de la alimentación, que la vida son dos días y no estamos para sacrificarlos!