Seguramente ya lo has visto en manos de famosas como Eva Longoria, Alessandra Ambrosio o Elsa Pataky. Han sido la criptonita del pasado verano y pueden ser vuestro mejor aliado contra los resfriados que acompañan a la bajada de las temperaturas. Os hablo de los batidos verdes o «greensmothies», una auténtica bomba de vitaminas y -¿por qué no decirlo?- la última moda en lo que se refiere a tendencias saludables. Tanto es así que en la última temporada de Anatomía de Grey, la doctora Miranda Bailey se atreve con uno de estos batidos vegetales para perder peso… aunque no es la única de sus virtudes. Los zumos y batidos verdes iluminan la piel, depuran el organismo, sacian el apetito y fortalecen la masa muscular.

hierba de trigoEs cierto que los Detox han contribuido a poner en el punto de mira estos «chupitos healthy», pero son viejos conocidos de aquellos que basan su dieta en el consumo de productos bio. Se pueden preparar de muchas formas, la única premisa es que contengan un 70% de fruta y un 30% de «verde» (lechuga, espinacas, acelgas, perejil, pepino, pimiento, cilantro, lima, apio, canónigos). Lo aconsejable es que, una vez que se nos haya hecho ya el paladar a la textura y el sabor, vayamos aumentando la cantidad de verdura hasta alcanzar un 50%. El volumen de agua depende de lo liquido que lo queráis, aunque uno o dos vasos de agua sería suficiente. Y luego, ¡ale! A la batidora. ¡No tiene más! Es sencillo, rápido y sano.

Mi desembarco en el mundo de los batidos verdes fue a recomendación de una amiga y opté, directamente, por un 100% green: hierba de trigo (wheatgrass) disuelta en agua. No puedo decir que esté delicioso presisamente… Es lo más parecido a pegarte un buen lingotazo de cesped, o al menos, así me imagino que debe saber… Pero he comprobado de primera mano que ayuda a regular la flora intestinal y los niveles de glucosa en sangre, por eso es ideal para acompañar una dieta de adelgazamiento. Otra gente lo toma para hacer deporte porque purifica la sangre, mejorando la circulación. No es milagroso, pero casi.

Pertenece al grupo de los denominados SUPERALIMENTOS. Son productos naturales  con capacidades antioxidantes, ricos en nutrientes, vitaminas y minerales. Algunos de ellos son fáciles de encontrar en el supermercado: Stevia, nueces, ajo, arándanos, etc. Otros se distribuyen solamente en herbolario y os prometo que funcionan.Yo suelo comprar la hierba de trigo por Internet. Si hacéis un pedido de varios paquetes os ahorráis pagar gastos de envío mucho tiempo y os saldrá vas económico que en tienda física.

Ahora todo son facilidades, pero cuando empezaron a hacerse populares en Estados Unidos se compraban los brotes frescos (hojas de 10 a 15 cm) de hierba de trigo y unas máquinas de prensa para exprimirlo. Así se extraía el máximo de clorofila… pero a ver quién es la guapa que se pone a darle al artilugio antes de irse al trabajo. No sé vosotroas pero yo no lo veo. Se ve que los distribuidores tampoco lo tenían muy claro y optaron por hacer llegar este fenómeno a España en forma de polvos solubles, zumo ya elaborado o cubitos congelados.

El mejor momento del día para darle a la hierba es primera hora de la mañana, justo antes de tomar el desayuno. Es cuando mejor se absorben sus nutrientes y en unos 20 minutos se nota el efecto…. Tampoco vayais a esperar que os de un chute como el del guaraná, pero sí que te notas más enérgica cuando llevas unos días tomádolo.  Yo suelo echar una cucharadita a diario en el vaso de leche desnatada, pero sustituís la leche por zumo ni os enteráis del saborcillo a hierba. La dosis recomendada por los nutricionistas en de 30ml aldía, durante dos o tres meses. ¿Os animáis a combatir el gris del invierno con este cóctel ecológico? ¡Os pondrá las pilas!