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Esta nueva serie de Netflix, nos lleva a un pueblo de Italia de lo más peculiar: Curon.
Allí conocemos a Anna y sus dos hijos adolescentes, Daria y Mauro, para alejarse de su exmarido. Hasta aquí, todo normal ¿verdad? Pues nada mas lejos de la realidad ya que, en este pueblo se esconde un gran misterio que traspasa la pantalla. Y es que las leyendas forman parte del folclore real del pueblo. El suspense se esconde entorno al lago que baña al pueblo, en el que hay un campanario (sin las campanas), el último vestigio de un antiguo pueblo inundado por esas mismas aguas.
Sus habitantes aseguran que algunas noches, se oyen las campanas sonar, alrededor del pueblo hay muchas leyendas y desapariciones inexplicables…
Creada por Giovanni Galassi, Ivano Fachin y Tommaso Matano, esta primera temporada cuenta con siete episodios de unos 40 minutos, en los que el suspense viene en pequeñas dosis hasta el final.
Los mellizos Mauro y Daria, nunca habían escuchado nada acerca de Curon o del lazo que los unía al pueblo natal de su madre. Mientras que Mauro es tímido y callado y, le gusta construir aparatos, como el que usa para poder escuchar; Daria es atrevida y utiliza lo que aprendió en OITNB para darse a conocer en la secundaria.
Junto al frondoso bosque montañoso en el que se ocultan lobos y algunos misterios, el lago también guarda sus propios secretos… La desaparición de su madre es el motor para que comiencen a buscarla por todos los medios posibles, llegando a conocer parte del pasado de su familia, que no es bien vista por los habitantes del pueblo. Es esta investigación la que hará que se adentren, en los secretos familiares y en el pasado del pueblo. ¿La primera pista? En el pueblo hay familias que sufren la presencia de “sombras” que están al acecho, con el bosque como el testigo silencioso.
Así que, ya sabéis, si las historias de miedo e intriga son lo vuestro tenéis la primera temporada en Netflix.
