Se acerca el verano, el sol, esas madres gritando desde la puerta «llévate una chaquetilla por si refresca», las cervezas en las terrazas a todas horas y los ratos de playa y piscina.

Con el verano, una siempre vive más de aquí para allá, se hacen más planes, se vive más. Y aunque hay mil y un planes que hacer en verano, yo acostumbro a llevar siempre en el bolso un libro.

Un libro para esos ratos de playa, para esa escapada al río, para leer en esos viajes interminables de autobús rumbo a las fiestas del pueblito bueno.

Leo todo el año y en verano no iba a ser menos pero sí es cierto que, vete tú a saber por qué, en verano me apetecen lecturas más rápidas, más cortas, más lecturas de esas que son ideales para ratejos y libros de esos que igual no tocas en varios días pero en los que no te volverás loca para retomar el hilo cuando lo hagas. Por esto, los libros de relatos son un fijo en mis veranos y quiero compartir algunos de mis favoritos.

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Libros de relatos ideales para el verano

¿Dónde vamos a bailar esta noche?, de Javier Aznar.

Lectura obligatoria. Si has nacido en los 80 te verás representado entre líneas, te reirás con los recuerdos a los que te lleva y te sorprenderás a ti misma leyéndole en voz alta a tu marido, o a quién te de la gana, esas idas y venidas, metáforas, comparaciones y guiños al mundo del fútbol…. Y os contaría más, pero es que sus relatos son para abrir las hojas y no querer parar de pasarlas. Va entre otras cosas, de amores, de viajes, de amigos y veranos, de instantes fugaces, de felicidad y de nostalgia.

 

El porqué de las cosas, de Quim Monzó

Los diferentes relatos que componen este libro te harán pensar, reflexionar y un montón de cosas más. Es uno de esos libros de los que no sales siendo la misma persona que lo abrió por la primera página. De esos que llenas de esquinas dobladas y subrayas frases que quieres que se queden contigo para siempre. El verano, con Quim Monzó cerca, es mucho más verano.

 

Cuéntame esta noche, de Megan Maxwell

Sí te gustan las novelas románticas conoces a Megan Maxwell. Seguro. Suele publicar novelas pero en Cuéntame esta noche, están recogidos varios relatos cortos. Su literatura en sorbos. Unas cuantas historias románticas y apasionadas de esas que en algún momento querrás ser protagonista y otras odiarás a alguno de ellos. Y por supuesto, con ese toque de erotismo que siempre tienen sus novelas.

 

Piscinas vacías, de Laura Ferrero

A Laura Ferrero la conocí a través de una de sus novelas. Tiempo después, cayó en mis manos su libro de relatos y pude comprobar que aquello que decían en algunas críticas era verdad. Verse reconocida en ellos es posible. Reconocerse a una misma y a su vida, su cotidianidad, esas pequeñas palabras que forman grandes historias, esas líneas rectas que esconden renglones torcidos, esas vidas llenas de gente que esconden esas piscinas vacías.

 

Cosas que escribí mientras se me enfriaba el café, de Isaac Pachón

Sino me falla la memoria, a Isaac Pachón lo descubrí a través de Twitter poco antes de unas vacaciones y sus «cosas que escribí….» se vinieron conmigo al sur aquel verano. El amor, la vida y la muerte, esos reflejos de nuestros tiempos, esos camareros que saben más de nosotros que nosotros mismos. Recuerdo sonreír sola bajo la sombrilla a orillas de la piscina con alguna de sus frases. Y hasta suspirar. Porque al final, la vida es eso que pasa, y se escribe,  mientras esperas que se enfríe un café.