«No. Debes. Comer. No. Debes. Comer. No. Debes. Comer. No. Debes. Comer. No. Debes. Comer. No. Debes. Comer. No. Debes. Comer. No. Debes. Comer.» Este es el mantra que rige la vida de Lia.

Frío es una novela de Laurie Halse Anderson etiquetada por su autora como  Young adult y publicada por Ediciones Roca en Junio de 2010. Durante este mes de marzo se reedita con una portada que llama la atención sobre lo que nos vamos a encontrar en ella y, que es totalmente opuesta a la de la primera edición.

La chica que mira a través del hielo nos mostraba otra visión del contenido de la novela. Nos daba una imagen más romántica, manteniendo la original en inglés, menos agónica. En cambio en esta segunda edición nos topamos con un fondo negro plagado de mensajes escritos con letras vibrantes:

Tardé años en adelgazar tanto.

No estaba enferma.

Yo estaba fuerte…

Una muerta viviente cuchicheaban los chicos.

Cuéntanos tu secreto, murmuran las chicas.

Cassie y Lia han sido amigas durante mucho tiempo, no obstante, cuando empiezan en el instituto su amistad se convierte en una competición por ver cuál de las dos está más delgada y, por tanto es la más popular. Ninguna de las dos gana nada con esta apuesta, su amistad se resiente hasta el punto de desaparecer. Y no es lo único que la estúpida apuesta les hace perder, pierden algo sumamente importante: su salud, tanto la física como la mental.

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«Porque no puedo permitirme querer todo eso porque no necesito una magdalena (410), porque tampoco quiero una naranja (75), ni una tostada (87) y porque los gofres (180) me provocan arcadas»

El primer trasfondo lo encontramos en la propia apuesta. Las dos amigas son conscientes de que para ser popular hay que ser flaca. Las chicas le preguntan a Lia qué hace para mantenerse tan delgada. Por lo que una parte de la culpa recae en la propia sociedad. Puesto que Lis y Cassie solo quieren encajar en ella.

Frío debutó en la lista de bestsellers del new York Times recibiendo críticas de los favoritos de Publisher Weekly, School Library, Journal, entre otros. Se trata de una lectura agónica, con tintes autobiográficos.

La protagonista, Lia basa su vida en las calorías que consume. La narración comienza cuando Lia conoce la noticia de la muerte de su antigua amiga Cassie, lleva meses sin saber nada de ella, pero la misma noche en que muere le hace 33 llamadas, que Lia no responde. Por ese motivo se siente culpable. Culpable de que haya muerto sola y se obsesiona con las palabras de las noticias «… cadáver hallado en la habitación de un motel, sola…»

A partir de ese momento Lia empieza a sentir frío (son las chicas de hielo, de invierno en el original) Y la falta de alimento provoca que empiece a ver a Cassie por todas partes.

Al mismo tiempo está tan débil que pierde la conciencia, de modo que nos topamos con páginas vacías que simbolizan ese estado. La narración refleja en todo momento el estado anímico de la protagonista. Hay frases tachadas, saltos en el tiempo que nos permiten comprender el porqué de su obsesión…

Lia siente que Cassie no quiere estar sola al otro lado. La siente real, como un fantasma que la acecha. Y que sabe que al final conseguirá su propósito, sobre todo teniendo en cuenta que Lia cada vez se marca metas más imposibles: llegar a pesar  cuarenta kilos para sentirse pura. Su obsesión es tal que alcanza a un punto en el que ya no solo maltrata su cuerpo a través de la ausencia de comida sino que también se autolesiona haciéndose cortes con una cuchilla.

«Marco tres líneas, shh, shh, shh, en mi piel. Los fantasmas se escabullen por los cortes»

Sorprende la magnitud de su obsesión. Es como si Lia estuviera dividida en dos y siempre ganara su peor parte. Tiene una fuerza de voluntad arrolladora, a pesar de que apenas puede moverse, que se desmaya y que sabe que está en el límite, se mantiene firme en su empeño por no comer.

La novela es dura porque muestra la enfermedad desde dentro, es la propia enferma la que habla, la que muestra el tormento en el que vive. Nunca está lo suficientemente delgada. Los reportajes nos muestran la enfermedad desde la perspectiva de los familiares, ahora estamos dentro. No solo vemos los resultados también conocemos el calvario que viven las víctimas.

Se trata de un libro duro que habla de una enfermedad que afecta a una gran cantidad de personas: mujeres y hombres, jóvenes y mayores.

Una enfermedad que anula y destruye.

Autor: Olga Salar